En una coyuntura favorable para los procesos de integración
continental, Cuba fue incluida como miembro de pleno derecho en el
Grupo de Río, mecanismo permanente de consulta y concertación
política de América Latina y el Caribe.
Según el informe oficial donde se anunció, la agrupación está
convencida de que la ampliación es un elemento central de
fortalecimiento, que enriquece su naturaleza diversa y proyecta sus
pronunciamientos con renovada autoridad.
La nación se alía así a una estrategia de unificación carente de
la presencia extrarregional, lo que según el principal diario del
país, Granma, es símbolo de los actuales cambios en el continente y
del fracaso de la política norteamericana de aislar a Cuba.
El documento oficial fue emitido el jueves último en Zacatecas,
México, como parte de la 27 Reunión Ministerial del Grupo.
Este acontecimiento es un nuevo a porte a la unidad regional que,
según ha manifestado el gobierno de la Isla, debe estar al servicio
del desarrollo integral de las naciones.
Políticas comunes dirigidas al combate contra la pobreza, la
marginalidad y la exclusión social, son parte de los programas que
promueve la mayor de las antillas en toda el área.
La Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América
(ALBA), que concluyó su segundo congreso internacional en Venezuela
este viernes, es quizás la propuesta más renovadora de los últimos
años.
Los especialistas la han valorado como una de las mejores vías,
que rompe con las viejas teorías de integración. Actualmente agrupa
a Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Honduras y Dominica.
Entre los resultados para establecer lazos sólidos en la región
están también proyectos como el Mercado Común del Sur (MERCOSUR),
Petrocaribe, Petrosur, telesur, el Banco común del sur, que no solo
buscan una posición política consolidada, sino además económica.
Esta vez, la unión de la Isla al equipo creado en 1986 por la
Declaración de Río de Janeiro, de la que ya forman parte 23
naciones, además de la Comunidad del Caribe (CARICOM), se revela, en
la opinión de los políticos latinoamericanos, como un buen paso
hacia el futuro.
El mecanismo surgió durante la guerra fría frente a la
Organización de Estados Americanos, OEA, dominada por Estados
Unidos, y de la que Cuba había sido expulsada en 1962.
Tiene su origen en el grupo Contadora y el de apoyo a éste,
cuando los gobiernos de Colombia, México, Panamá y Venezuela
formaron un sistema de acción conjunta para establecer la paz en
Centroamérica.
Hasta la fecha, han celebrado 20 cumbres y en los últimos años
las voces del área que reclamaban la entrada de Cuba a la agrupación
se elevaron en esos eventos.
En marzo de 2003, durante la realización de su reunión anual, se
acordó el ingreso de Haití.
Luego del anuncio oficial de la inclusión cubana, el gobierno de
La Habana agradeció a las naciones que lo promovieron y se mostró en
disposición de cooperar para la incorporación plena del resto de las
repúblicas caribeñas que aun no son miembros.
La noticia vino a coronar dos años de lentas negociaciones,
informó el periódico mexicano La Jornada.
Por su parte, la secretaria de Relaciones Exteriores del país
sede del encuentro, Patricia Espinosa, aseguró que el mecanismo, con
25 años de existencia, al adoptar esta decisión se enriquece y
consolida como una instancia representativa y plural.
Al final, en un contexto continental que gira hacia las políticas
progresistas, donde la era del presidente George W. Bush termina,
cayeron las últimas resistencias contra este fin de unidad, agregó
Espinosa en declaraciones difundidas por La Jornada.