Cada día más cosmopolita y con crecientes atractivos para viajeros
que llegan desde cualquier parte del mundo, la capital cubana, la
villa de San Cristóbal de La Habana, cumple este domingo 489 años de
fundada.
Apareció definitivamente en 1519 a la sombra de un frondoso árbol
de Ceiba, y devino de repente como ciudad muy creativa, cargada de
viajeros de todas partes deseosos por conocerla en profundidad.
Un ambiente delicioso, al mejor estilo de la Torre de Babel, se
respira en sus calles por donde pasean gente llegada desde cualquiera
de los cinco continentes, hablando su idioma, pero compenetrándose con
los capitalinos de la única manera posible: mediante la cordialidad.
Cuba, y La Habana como esencia de esencias, representa a un pueblo
muy mezclado, donde las principales procedencias lo constituyen lo
español y lo africano, pero también confluyen lo chino, haitiano,
alemán, francés, hebreo y de otras muchas partes.
La Villa de San Cristóbal de La Habana, como realmente es su nombre
se fundó un 16 de noviembre a orillas del Puerto Carenas, luego de que
en 1515 tuviera un asentamiento inicial en la costa sur del país.
Abarca en su totalidad 732 kilómetros cuadrados y posee 15
municipios de los cuales nueve son totalmente urbanos, de ellos 4,5
kilómetros cuadrados pertenecen a la parte vieja, la más interesante
propiamente (2,5 kilómetros cuadrados son los más visitados).
Esta primera ciudad en la zona occidental insular la definen los
expertos como un lugar de grandeza debido a sus monumentos y por una
escala humana relacionada mediante valores patrimoniales únicos con
cinco siglos de historia.