Evaluaciones preliminares ubican entre uno y medio y dos millones
de pesos las pérdidas, localizadas fundamentalmente en cinco
embarcaciones hundidas y dos desaparecidas, además de golpes en
cascos de otras naves y daños aún por contabilizar en dos centros de
acopio en el mar y en las artes de pesca.
Osmany Barreiro Consuegra, director de EPISUR, explicó a la
prensa que también se perdieron diversas herramientas, elementos de
techo y tuberías de la planta de amoníaco empleada en la producción
de hielo. Paloma causó además averías en la instalación de vapor y
humedeció motores eléctricos y pizarras de la sala de compresores.
No obstante, oportunamente el colectivo sacó a tiempo las 60
toneladas de producción presentes al momento de la amenaza inminente
del huracán, y el poco pescado y hielo que quedó en sus cámaras fue
aprovechado completamente en bien de la población.
Unos 400 de los 1 100 trabajadores de EPISUR sufrieron severos
daños en sus viviendas, localizadas en lo fundamental en el muy
castigado litoral, sin embargo la mayoría participa activamente en
la reanimación de la planta.
La salida de los barcos del refugio establecido es un hecho
inédito en este ciclón, cuyos vientos partieron poderosos cabos y
dejaron varias naves a la deriva. Embarcaciones y hombres localizan
naves extraviadas y proyectan mecanismos de reflote de otras.