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Un total de 555 soldados de Estados Unidos perdieron la vida hasta
la fecha como resultado de su invasión en octubre de 2001 a la
nación islámica de Afganistán, confirmaron hoy fuentes del
Pentágono.
Washington mantiene ocupado ese país centroasiático con más de 33
mil militares distribuidos en la Fuerza de Asistencia Internacional
a la Seguridad (ISAF) de la ONU, bajo comando de la OTAN, e
independientes. Ahora pretende el envío de otros miles.
Según esas estadísticas, el último de esos efectivos fallecidos
aconteció la víspera cuando un automóvil cargado de explosivos
estalló al paso de una caravana del Pentágono junto a un mercado de
frutas y vegetales en el distrito de Bati Kot, en la provincia
sureña de Nangarhar.
Con esa baja mortal, 555 militares estadounidenses murieron desde
su expedición a este territorio, de ellos 403 por acciones de los
insurgentes afganos.
El reporte de la Secretaría de Defensa indica que otros 66
perecieron en respaldo a esta agresión al pueblo afgano, incluidos
cuatro agentes de la Agencia Central de Inteligencia.