Como
un libro imprescindible de referencia del que se apropiarán la
intelectualidad auténtica de izquierda y aquellos que participan en
los movimientos sociales en América Latina y otras regiones,
calificó Abel Prieto, miembro del Buró Político y ministro de
Cultura, La paz en Colombia, del líder de la Revolución
cubana Fidel Castro Ruz, presentado la víspera en el capitalino
Palacio de las Convenciones.
El texto, según expresó, "invita al análisis, al estudio, al
rigor" sobre una parte de la historia reciente que no está escrita o
lo está muy parcialmente, dejando constancia del papel en extremo
respetuoso de Cuba en los empeños por contribuir a alcanzar la paz
en ese país de Sudamérica. Sobre todo "se recalca la tesis de Fidel
de que no debería renunciarse jamás a trabajar por la paz", añadió.
Precisamente, José Arbesú, vicejefe del Departamento de
Relaciones Internacionales del Comité Central, quien fuera un
testigo excepcional de los hechos que se narran, dijo que la obra
"aborda algo que ha estado oculto" y son esos esfuerzos de la Isla
concretados en "la conducta de la Revolución cubana, la conducta del
Comandante en Jefe", reveladores de la ética y una posición de
principios mantenidas "en 30 años que no tienen nada que ver con
guerras" y que han buscado encontrar una solución negociada y justa
al conflicto colombiano.
Resultado de más de 400 horas de "incansable e inagotable
voluntad creadora de su autor", según la periodista y escritora
Katiuska Blanco, la obra —a cargo de la Editora Política— revela
importantes documentos, entrevistas y vivencias con "precisión
milimétrica" y constituye un libro "oceánico por su sinceridad y por
su alcance" que da "las posibilidades al lector para hacerse un
juicio propio".
El texto íntegro del libro aparecerá hoy en el sitio
www.cubadebate.cu
A la presentación, transmitida en vivo en el espacio que ocupa la
Mesa Redonda Informativa, asistieron los también miembros del Buró
Político Ricardo Alarcón, presidente del Parlamento; José Ramón
Balaguer, ministro de Salud, y Concepción Campa, directora del
Instituto Finlay, así como otros dirigentes del Gobierno y del
Estado, las organizaciones políticas y de masas, combatientes del
MINFAR y del MININT, y una representación de estudiantes de la
Escuela Latinoamericana de Medicina.