El boxeo profesional mexicano se sacude por una muerte asociada a
sus trasfondos.
La prensa de ese país ventila por estos días lamentables detalles
sobre el más reciente capítulo de vidas arrancadas por la carencia
de escrúpulos imperante en el mundillo del pugilismo rentado.
Así lo reseñó el diario El Universal: "Cuando Daniel Aguillón
cayó noqueado en el round 12 y empezó a convulsionar, había muchas
opciones para que lo atendieran. La seleccionada fue la más lejana,
un hospital público... Había otro privado a ocho cuadras".
La propia nota aclara los porqué: En el más cercano, con las
mejores instalaciones, "un día de terapia intensiva cuesta 4 300
pesos, y eso sin contar los honorarios médicos y demás gastos. Así
que decidieron llevarlo a uno que está a casi 10 kilómetros, pero
que sale gratis".
Otras pesquisas han puesto en entredicho la autenticidad del aval
médico expedido a Aguillón, pues testigos aseguran que este lo
presentó un día antes del pleito, y el especialista firmante dice
haberlo examinado en la propia fecha del fatídico combate.
Tal contradicción dio pie a críticas marcadas por frases como "en
el mundo del boxeo todos saben que las salidas médicas se venden", y
cuestionamientos sobre la presencia de Aguillón en una pelea a 12
asaltos, poco después de haber perdido una en cuatro.
El doctor Esteban Martos, miembro de la Comisión de Boxeo del
Distrito Federal, agregó otro criterio de peso al considerar que "si
estaba apto era para seis u ocho rounds, no más".
Los involucrados en el montaje del duelo han recalcado que el
desenlace sobrevino como consecuencia de los golpes de cierre, que
decretaron el nocao, pero el parecer médico es otro.
"Lo que le produjo el edema cerebral fue el desarrollo de la
pelea, con tantos golpes, no la caída", sentenció el doctor Jorge
Aviña, director del hospital Xoco, donde fue atendido Aguillón.
Fue allí donde practicaron a este la única tomografía de su vida,
pero ya era tarde. Falleció dejando huérfanos a Eric Manuel y
Fernanda Jimena, mientras los promotores reiteran que todo estuvo
bajo control y alistan a otros prospectos atenazados por la pobreza.