Quien se dope deliberadamente debe ser suspendido de por vida y no sólo por dos años, no puede ser que alguien como Ivan Basso sea recibido otra vez con los brazos abiertos, dice la deportista en una entrevista publicada este miércoles la revista Bild.

De acuerdo con la también medallista de bronce en Atenas-2004 el dopaje es una estafa y un delito, y en su opinión, si hay una amenaza de cárcel, muchos se lo pensarían dos veces antes de consumir sustancias ilícitas.

En la entrevista, la titular del mundo en Lugano-2003 revela que ese año un médico deportivo le ofreció indirectamente EPO.

No lo denuncié porque no podía probar nada, pero poco después era campeona del mundo y eso me mostró que también se puede ganar limpiamente, dijo Spitz.

Para ella, el doping es la peor peste en el deporte y se queja de que por culpa de "los imbéciles de los ciclistas de carretera" haya quien la insulte a ella.