Debido al bloqueo de los Estados Unidos a Cuba, la inexistencia
del comercio de camarones entre ambos países provoca sensibles
pérdidas a la industria del ramo en la Isla.
Si hubiera nexos, la nación caribeña obtendría más ganancias y
otras ventajas, dijo a la prensa Pedro Luis Lavié, subdirector de la
Empresa Camaronera del Litoral Sur (CALISUR), en la provincia de
Granma, entidad que produce el 50 por ciento del camarón de cultivo
en el país antillano.
El destino principal del crustáceo cubano está en Europa, con la
cual los vínculos requieren el uso de un intermediario regional que
establece los precios de los productos, explicó.
La venta directa a los Estados Unidos anularía la necesidad de un
mediador, permitiría tarifas más estables; mientras que la distancia
-insignificante en comparación con la del Viejo Continente-
reduciría considerablemente los gastos por concepto de flete o
alquiler de transporte, destacó.
Por la separación geográfica, apuntó, las plazas europeas también
exigen un óptimo embalaje de conservación, consistente en una caja
encerada y envolturas de nylon especial, más caros que los
requeridos para una entrega rápida destinada, por ejemplo, a hoteles
norteamericanos.
Agregó que los beneficios de un comercio bilateral en el sector,
posibilitaría la renovación tecnológica de la industria con
maquinarias de altísima calidad, además de la adquisición de piezas
de repuesto para medios de transporte.
Ubicada en el municipio de Río Cauto, CALISUR produce camarón de
cultivo en casi mil hectáreas de estanques, y este año prevé
ingresar a la economía nacional más de seis millones de dólares, la
mayor parte por concepto de exportación.