La lucha, deporte priorizado en la estrategia del INDER, también ha sufrido, como todos en nuestro país, las consecuencias del inhumano y tan criticado bloqueo estadounidense.

Héctor Milián ganó la primera corona olímpica cubana.

"¡Sí,... claro que nos ha golpeado!", nos dijo con vehemencia, y su dosis de indignación, Luis de la Portilla, uno de los metodólogos de la comisión nacional, en declaraciones para los lectores de Granma.

"La cosa empieza con lo más básico: los colchones. Ellos, como otros equipos, nos llegan de dos formas: o comprando en Europa, lo cual, como es lógico, obliga a un gasto mayor, o por medio de la Federación Internacional de Lucha", explicó.

"Se pueden mencionar también los medios auxiliares, como las ligas, para desarrollar el trabajo de fuerza, o los muñecos que se utilizan para los movimientos sin el atleta, los cuales son homologados por la FILA", agregó el especialista.

Hay problemas también con los importantísimos reconstituyentes, imprescindibles para poder realizar un entrenamiento de alto rendimiento.

"Existen monos especiales, también de fabricación estadounidense, para la reducción del peso corporal, los cuales incrementan la sudoración. Nosotros no los tenemos. Los que utilizamos son de menor calidad, y se rompen enseguida", acotó.

Las dificultades en pasar los equipos cubanos por Estados Unidos, en determinados viajes, obligan a gastar más dinero.

Y, por otro lado, han existido demoras en otorgar las visas antes de competencias en suelo norteño, lo cual ha llevado finalmente a que nuestros atletas no hayan podido asistir.

Ese problema, el de las visas, tanto con atletas cubanos como de otras nacionalidades, llevó a que la FILA le retirara a Estados Unidos la sede para organizar una Copa del Mundo.

"Se debe mencionar algo: las relaciones entre las federaciones de nuestros dos países son muy buenas", agregó el federativo.