Intelectuales y artistas de la Isla rindieron tributo hoy, en
esta ciudad, al poeta cubano Emilio Ballagas, en el centenario de su
natalicio, que se celebrará el siete de noviembre próximo.
En la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, los
profesores Denia García Ronda, Guillermo Rodríguez Rivera y Leonardo
Sarría, estudiosos de la obra de Ballagas, reflexionaron entorno a
su lírica, uno de las más notables dentro de la vanguardia poética
del país.
El panel profundizó en tres etapas de la amplia producción
poética del bardo: sus primeros versos de la década del 20
-anteriores a la llamada Verdadera Vanguardia-, un segundo momento
que se inicia con la publicación de su primer libro Júbilo y fuga, y
la obra de marcada religiosidad creada en sus últimos años de vida.
Los intelectuales resaltaron la coherencia, sensibilidad y
sensualidad presente en la poesía de Ballagas, además de la maestría
verbal y responsabilidad social del poeta y elogiaron textos de su
autoría como Cuaderno de poesía negra, Sabor eterno y La poesía en
mí.
Sucedió al análisis teórico, la actuación del declamador cubano
Luis Carbonell, uno de los intérpretes más ilustres de la poesía
folclórica en Cuba, quién recitó varias obras de Ballagas, como
Lavandera con negrito, Nombres negros en el son y la conocida
Canción de cuna para dormir a un negrito.
La concertista Rosa Matos cerró el homenaje de los artistas al
bardo camagüeyano con la interpretación a guitarra de las piezas La
fuga, Un día de noviembre y Paisaje cubano con fiesta.
Emilio Ballagas (1908-1954), quien entra en la gran poesía cubana
con el poemario Júbilo y fuga, de 1931, escribió además Elegía sin
nombre, Nuestra señora del mar y Décimas por el júbilo martiano en
el centenario del Apóstol José Martí ".