.— El canciller cubano, Felipe
Pérez Roque, denunció hoy las mentiras divulgadas por Estados Unidos
cuando declaró que otorgó licencias por 250 millones de dólares para
ventas agrícolas a la isla después del paso de dos huracanes.
En un discurso ante el plenario de la Asamblea General, explicó que
esas ventas existen desde 2001 y adquirir estos productos es
únicamente posible bajo estrictas medidas de supervisión.
Para esas transacciones, agregó el Ministro, hay que pasar un
enrevesado y burocrático proceso de otorgamiento de licencias caso a
caso por parte de numerosas instituciones del gobierno de los Estados
Unidos.
La referencia de Pérez Roque al tema ocurrió durante su
intervención en la sesión de la Asamblea General dedicada a la
aprobación de la resolución Necesidad de poner fin al bloqueo
económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de
América contra Cuba.
Luego de agradecer a nombre de su gobierno a todos aquellos que, de
una forma u otra, manifestaron su solidaridad y respaldo a Cuba en
esta dramática coyuntura, el Ministro dijo que en contraste el
gobierno de Washington respondió con su habitual cinismo e hipocresía.
Al respecto, el canciller señaló que Estados Unidos negó una
solicitud cubana para comprar alimentos y materiales a empresas
norteamericanas con créditos privados, al menos por seis meses, para
la reconstrucción de los daños provocados por dos huracanes.
Al mismo tiempo ha intentado orquestar una burda campaña de
propaganda con la que pretende acusar a nuestro gobierno de no
ocuparse de su pueblo, dijo.
Cuba, por su parte, ha actuado apegada a sus tradicionales
posiciones de principio. No podemos aceptar una supuesta ayuda de
quienes han recrudecido el bloqueo, las sanciones y la hostilidad
contra nuestro pueblo, añadió.
Pérez Roque dijo a los representantes de los 192 países miembros de
la ONU que estos fenómenos naturales afectaron más de 500 mil
viviendas y miles de escuelas e instituciones y devastaron un tercio
del área cultivada.
También se reporta una severa destrucción de la infraestructura
eléctrica y de comunicaciones, aunque subrayó que si las pérdidas
humanas fueron mínimas se debió al gran esfuerzo realizado, que
permitió evacuar a lugares seguros a 3,2 millones de personas.
Agregó que pese a los cuantiosos daños y la devastación provocada
por los huracanes, a ningún enfermo en Cuba le ha faltado asistencia
médica y todos los niños cubanos y los 30 mil jóvenes de 125 países
que estudian en nuestras universidades están asistiendo a clases.
Nadie ha quedado ni quedará abandonado, afirmó.