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			El presidente Álvaro Uribe pidió hoy a la justicia actuar sin 
			vacilación y aplicar las máximas sanciones de la legislación 
			colombiana contra los militares implicados en violaciones de 
			derechos humanos.
			Durante un consejo comunal en esta capital el mandatario hizo ese 
			pronunciamiento y se declaró indignado por la vinculación de tres 
			oficiales del Ejército con la desaparición y asesinatos de varios 
			jóvenes del municipio de Soacha.
			Puntualizó que escándalos como ese deshonran a las fuerzas 
			militares colombianas y causan mucho daño al país.
			La víspera tres altos oficiales del Ejército en el departamento 
			de Norte de Santander fueron destituidos por su participación en la 
			desaparición de los jóvenes, que luego fueron hallados muertos en la 
			localidad de Ocaña.
			Los destituidos son el coronel Santiago Herrera, jefe de Estado 
			mayor de la quinta división; el coronel Rubén Castro, comandante de 
			una brigada móvil, y el teniente coronel Gabriel Rincón, jefe de 
			operaciones de esa unidad.
			Al respecto el general Mario Montoya, jefe del Ejército, 
			reconoció que existen pruebas sobre violaciones de los 
			procedimientos de la institución armada en el caso de la 
			desaparición y muerte de los jóvenes.
			Al menos 23 hombres de bajos recursos de entre 17 y 32 años, 
			desaparecieron en enero y agosto últimos de barriadas humildes de 
			Bogotá y el vecino municipio de Soacha y a mediados de septiembre 
			fueron hallados sus cadáveres en Norte de Santander.
			El ejército informó que habían sido dados de baja en combate 
			porque pertenecían al grupo paramilitar Aguilas Negras, mientras que 
			los familiares han asegurado siempre que habían salido de sus casas 
			en busca de trabajo.
			Organizaciones sociales y políticas denunciaron que se trataba de 
			una grave violación de los derechos humanos y que podían ser 
			ejecuciones extrajudiciales, por lo cual reclamaron a las 
			autoridades una rápida y profunda investigación.