Alfonso y algunos de los miembros de la agrupación Nazim Hikmet mantuvieron durante unas horas un fecundo acercamiento musical, con improvisaciones que fueron desde el son hasta las armonías clásicas del antiguo imperio otomano.

El cantautor elogió la riqueza y las enormes posibilidades de los ritmos turcos, tan inusuales en la música occidental.

Al finalizar el taller Alfonso propuso profundizar las relaciones y coordinar un intercambio con otros artistas latinoamericanos, aprovechando el momento de revitalización de la independencia y la soberanía cultural que se vive en el continente.

Un puente entre los pueblos de Turquía y Latinoamérica que podría servirse de los cauces de difusión que están surgiendo al calor de la integración con el ALBA, según aseguró el trovador.