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Cuba está en mi corazón, creo en su futuro y lo expreso en mis
fotografías, afirmó este lunes el artista ruso Valeri Maslennikov al
dejar inaugurada una exposición en el Día de la Cultura Cubana.
La embajada de la Isla en Rusia devino galería con la muestra
abierta en ocasión del aniversario 140 de la primera vez en que se
cantó en una plaza pública la obra de Pedro Figueredo, convertida en
Himno Nacional.
El jefe de la legación diplomática, Juan Valdés, resaltó que el
20 de octubre de 1868, en la oriental ciudad de Bayamo, los antiguos
amos y los esclavos ya liberados entonaron, como patriotas cubanos
todos, La Bayamesa.
Valdés subrayó que la conmemoración de esta efeméride en Moscú
coincide con el inicio de los Días de la Cultura rusa en Cuba, en la
cual participa una delegación de parlamentarios, funcionarios
gubernamentales, líderes religiosos, periodistas y empresarios.
Al referirse a la obra del fotógrafo ante embajadores
latinoamericanos, intelectuales y otras personalidades, el
diplomático resaltó cómo en ella sobresalen la luz y la diversidad
de colores de la naturaleza cubana.
La espontaneidad y la alegría resultan elemento común en los
niños durante los juegos o en la escuela, en los rostros de hombres
y mujeres captados en grandes primeros planos y en personajes ya
típicos del entorno de La Habana Vieja, consideró.
Lustre especial aportó a la velada la actuación de la Capella
Yurlova bajo la dirección del maestro Guennady Dimitriak, en
particular con su interpretación del Himno Nacional a 140 años de
que se convirtiera en un llamado al combate por la independencia.
El emblemático coro ruso que inició así un ciclo de
presentaciones por los 90 años de su fundación, rindió tributo a la
cultura cubana a través de obras de Manuel Corona, Ernesto Lecuona,
Nicolás Guillén y Eliseo Grenet.
Como colofón, el tenor y artista emérito del país eurasiático
Vladimir Arbatayev cautivó al auditorio con la canción tradicional
rusa Las campanas de la Noche, respaldado por Yurlova y la batuta de
Dimitriak