La cifra dista mucho del preocupante panorama que caracterizó al 
			territorio al finalizar la primera decena de septiembre, cuando 
			estadísticas en poder del Consejo de Defensa Provincial y sus grupos 
			de trabajo registraron más de 10 500 interrupciones en el sector 
			residencial, estatal y cabinas de uso público.
			Severas averías en las líneas y más de 700 postes del tendido 
			derribados por la intensidad de los vientos tornaban verdaderamente 
			compleja la tarea de restablecer ese sensible servicio.
			En cambio, la profesionalidad de los especialistas tuneros (parte 
			de ellos entregados a la recuperación en el occidente del país) y la 
			inserción de fuerzas y medios procedentes de Granma, Santiago de 
			Cuba, Guantánamo, Cienfuegos y la capital cubana, han permitido 
			revertir de forma progresiva la situación.
			Ello no significa que decrezca el ritmo de trabajo. Empeñados en 
			dejar resuelto definitivamente el problema, los miembros de esas 
			brigadas no diferencian lunes de sábados o domingos en poblados como 
			Delicias, Vázquez, La Llanita o el Puerto de Manatí, donde hoy se 
			concentran las mayores dificultades, sin excluir las cabeceras 
			municipales de Puerto Padre y Jesús Menéndez, donde el huracán causó 
			elevados daños materiales en todos los sentidos.
			De acuerdo con valoraciones hechas en el propio Consejo de 
			Defensa Provincial (permanentemente activado), por la calidad y 
			envergadura de los trabajos, el servicio telefónico saldrá 
			fortalecido en la provincia, a la vez que se adoptan medidas y 
			alternativas para preservar y garantizar las capacidades de aquellos 
			usuarios cuyas viviendas fueron derribadas por las fuertes ráfagas 
			de viento.