El próximo 26 de octubre Cuba restablecerá el horario normal en
todo su territorio nacional. Las características de esta época del
año así lo aconsejan, pero el cambio producirá un inevitable
incremento de la demanda eléctrica en el horario pico, que solo
podrá atenuarse con la disciplina empresarial y la cooperación de
las familias, en el cumplimiento de las medidas de ahorro.
A la una de la madrugada del domingo 26 deberán atrasarse una
hora las manecillas de los relojes; con ello cesará el horario de
verano establecido el 16 de marzo último y empezará el normal, que
se extenderá hasta marzo del 2009, confirma la Unión Eléctrica
(UNE).
Debido al déficit de generación eléctrica, durante varios años
nuestro país dejó de realizar el paso de un horario a otro, con el
objetivo de evitar el aumento de la demanda en los meses de
invierno, pero fue preciso, entre otras cuestiones, alterar las
horas de entrada a las escuelas y a los centros laborales, para que
las personas, sobre todo los niños, no se vieran en la necesidad de
iniciar su jornada cuando todavía no pensaba ni aclarar el día.
Hoy la producción de electricidad no presenta el adverso panorama
de entonces. Gracias al desarrollo de la Revolución Energética,
durante los últimos tres años el Sistema Electroenergético Nacional
(SEN) aumentó su capacidad de generación al instalar grupos diesel y
fuel oil que funcionan de manera sincronizada, y numerosos centros
vitales de la producción y los servicios cuentan con equipos
electrógenos de emergencia.
No obstante, como todavía no ha concluido el programa de
instalación de los grupos fuel oil, las plantas termoeléctricas —más
ineficientes e inestables— conservan un peso fundamental en el SEN
y, por tanto, exigen gastos nada despreciables de combustible, con
precios elevados en el mercado internacional.
Al durar menos la luz solar en esta etapa del año, aumenta
automáticamente la necesidad de emplear la iluminación artificial y,
si a ello sumamos su coincidencia temporal con el empleo de los
módulos de cocción eléctrica en numerosos hogares, podemos apreciar
con claridad la importancia de la racionalidad en nuestras casas y
en los centros de trabajo, los que estarán sujetos a supervisiones y
controles más exigentes por parte de los especialistas de la UNE.
Además, para cubrir durante los próximos meses el incremento de
la demanda estatal y de la población en el horario pico —entre 5 y 9
de la noche—, el SEN estará obligado a usar aún más los grupos
electrógenos diesel, cuyos índices de consumo específico resultan
inferiores a los registrados en las termoeléctricas; es decir, son
más eficientes, pero de todas formas exigen importantes gastos de
ese carburante.
Tampoco puede pasarse por alto que en aras de suministrar
electricidad a múltiples comunidades damnificadas por los recientes
huracanes Gustav y Ike, se han realizado gastos adicionales, de
diesel no previstos, a fin de garantizar el funcionamiento de los
equipos electrógenos en microsistemas aislados del SEN.
No en balde, industrias y centros de servicios recibieron
indicaciones expresas de aplicar con mayor rigor las medidas
establecidas para disminuir el consumo eléctrico en cada lugar. Será
necesario, entre otras decisiones, utilizar en cada momento
únicamente los equipos y el alumbrado indispensables, y trasladar
fuera del horario pico los procesos productivos posibles.