Vuelve Wall Street

ROLANDO PÉREZ BETANCOURT
rolando.pb@granma.cip.cu

La codicia es buena... y si quieres un amigo cómprate un perro, le aconsejaba duramente Gordon Gekko (Michael Douglas) al joven corredor Bud Fox (Charlie Sheen) en Wall Street, una de las películas más sonadas de los ochenta y cuya segunda parte, veinte años después y en medio de la crisis financiera mundial, Hollywood se precipita a filmar.

Michael Douglas como Gordon Gekko, el tiburón de las finanzas en el Wall Street de Oliver Stone de 1987.

Cansada de los héroes de carne y hueso en los que muy pocos creen en medio de guerras que no se ganan, Hollywood ha estado resucitando a cuánto héroe del comic le caiga en mano. Fantasía por realidad es la fórmula y buenos dividendos reportan en taquillas figuras como Batman, Superman, el Hombre araña y muchos otros que nunca pensaron alcanzar el estrellato en el celuloide.

Pero el tema filmado por Oliver Stone en 1987 sobre banqueros corrompidos y sedientos de poder tiene una actualidad tal que sería una insensatez dejarlo pasar.

Stone rodó Wall Street basándose en hechos reales, aunque cambiando situaciones y el nombre de los personajes (a su haber tenía una identificación con el tema de primera mano debido a que su padre había sido corredor de bolsa). Si bien el filme ponía al descubierto los métodos de un tiburón de las finanzas y los turbios manejos que suelen regir en la calle más seductora y peligrosa de los Estados Unidos, no es menos cierto que se apreciaba un tono moralizante relacionado con la teoría de "la papa podrida": sáquese la papa del barril (Gordon Gekko) y la fiesta seguirá por felices rieles.

Hoy el argumento sería más complicado porque entre las "burbujas especulativas" acabando con medio mundo y la sangre de los suicidas comenzando a salpicar la bolsa, el asunto toma un cariz trágico y habría que referirse ya no a la papa podrida, sino al barril (el sistema financiero) completo.

Wall Street II, que llevará por título El dinero nunca duerme (tomado de una recomendación del Gekko de Michael Douglas) tendría que ser entonces, por imponderables de la vida, algo más abarcador y rotundo. De la trama solo se ha adelantado que seguirá los pasos de Gekko al salir de la cárcel. Las rejas no le sirvieron de escarmiento, al contrario, allí ha madurado nuevos métodos acordes con las facilidades de la globalización (nada de dar la cara al mundo), lejos él de perder la sustancia ética de su viejo enunciado: "el triunfo a cualquier precio".

Oliver Stone no será el director, pero si estará Michael Douglas, ganador del Oscar por Wall Street, aunque sujeta esa disposición ––según declaraciones del actor–– a una lectura final del guión que tendría que ser muy malo para no aceptar.

Wall Street II y un tema del ahora que permitirá apreciar si el cine norteamericano, de frente a un imponderable de su tiempo, está dispuesto a jugar al duro, prescindiendo de la careta y del peto.

 

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