La reducción de la
mortalidad materno-infantil y las operaciones de la vista a más de
35 mil personas figuran hoy entre los logros de la Brigada Médica
Cubana (BMC) durante una década de presencia en Guatemala.
Los primeros 19 cooperantes llegaron a este país centroamericano
el 5 de noviembre de 1998 con la misión de erradicar un brote de
cólera tras el devastador paso del huracán Mitch.
Desde entonces alrededor de dos mil 800 galenos cubanos han
pasado por la tierra de quetzal y ofrecido de manera gratuita más de
24 millones de consultas.
Pienso que uno de los principales logros es haber reducido en más
de la mitad la mortalidad materna e infantil en los lugares donde
trabajamos, declaró a Prensa Latina el vicecoordinador de la BMC,
Leonel Valdés.
En la actualidad hay más de 400 cooperantes en este país, 296 de
ellos vinculados al Programa Integral de Salud en la casi totalidad
de los departamentos y 109 en la Operación Milagro, precisó Valdés.
Sitios tan remotos como la Sierra de los Cuchumatanes, a cuatro
mil metros de altura, el llamado Triángulo Ixil, la región tropical
de Petén, hasta las costas del Caribe y el Pacífico, se benefician
hoy con la labor de los galenos.
La cobertura se amplió con la inauguración de tres modernos
centros oftalmológicos equipados por Cuba en los departamentos de
Alta Verapaz, Jalapa y San Marcos, además de dos posiciones móviles
quirúrgicas en Escuintla y Quiché.
Algo que para nosotros ha sido muy estimulante es el nivel de
aceptación de la población guatemalteca, el cariño y el aprecio que
muestran hacia Cuba y su máximo líder Fidel Castro, dijo Valdés.
Junto a la Brigada Médica ya se han graduado más de 400
estudiantes guatemaltecos de la Escuela Latinoamericana de Medicina
(ELAM), muchos de los cuales están trabajando en hospitales, puestos
y centros de salud.
El próximo proyecto es darle la oportunidad a los egresados de la
ELAM para que -después de cumplir su servicio social en las
comunidades- estudien pediatría, gineco-obstetricia, anestesia y
otras especialidades.
En una década ha habido avances importantes, tanto en la atención
médica como en la formación de recursos humanos, concluyó el
vicejefe de la Brigada.
Esta labor los hizo merecedores el pasado año del premio nacional
de derechos humanos por la solidaridad con el pueblo de Guatemala,
en beneficio de la salud y la mejor calidad de vida.