Actualizado a las 8:00 p:m
Crimen de Barbados: 32 años de
injusticia
CARACAS, 5 de octubre.— El reclamo de justicia domina hoy el
recuerdo de venezolanos que de alguna forma estuvieron relacionados
con el Crimen de Barbados, el 6 de octubre de 1976, uno de los
mayores atentados terroristas en América.
El atentado a un avión civil, en que murieron 73 personas de
varias nacionalidades, fue preparado por Luis Posada Carriles, un
prófugo de la justicia venezolana protegido del gobierno
estadounidense, el cual se niega a acceder al pedido de extradición.
Para el periodista y diplomático venezolano Fredy Balzán se trata
de un acto espantoso, que todavía clama por justicia, en el que
murieron inocentes, entre ellos jóvenes deportistas cubanos, a
varios de los cuales conoció el mismo día del crimen.
Hace exactamente 32 años, recuerda, nos encontrábamos un grupo de
corresponsales en la oficina de Prensa Latina en Caracas cuando
aproximadamente a las 7:00 a.m. tocaron a la puerta y abrí.
Se trataba de un grupo de deportistas cubanos que el día anterior
habían ganado un campeonato de esgrima en el Palacio de los Deportes
en la Asociación Pro-Venezuela, en Sabana Grande, expresó Balzán en
conversación con Prensa Latina.
"Eran tres compañeros, traían incluso en las manos trofeos que
habían obtenido y pidieron transmitir un mensaje al Instituto
Nacional de Deportes (INDER) en La Habana para notificarles su
salida en el vuelo de Cubana de Aviación.
"Los atendí personalmente, para mi fue un gran honor
felicitarlos, venían muy contentos. Estuvieron 10-15 minutos,
tomaron café y cuando se fueron regresamos a nuestras actividades
habituales. Yo pasaba los titulares de los periódicos a la central.
"Lo que sucedió luego fue espantoso. La primera información que
recibimos alrededor de las 2:00 p.m. era que un avión cubano cayó al
mar en el Caribe, noticia que se fue transformando poco a poco en la
tragedia, el Crimen de Barbados.
"Posteriormente, como secretario general del Sindicato de
Trabajadores de la Prensa de Venezuela, me tocó hacer la denuncia de
los dos criminales venezolanos que pusieron la bomba por orden de
Posada Carriles.
"Al día siguiente de los hechos el secretario de organización del
sindicato de la prensa, Aurelio Gil Beroes, dijo que tenía una
sospecha porque había dos venezolanos detenidos en Trinidad y
Tobago, uno de ellos decía llamarse José Velásquez y el otro Freddy
Lugo.
"Nosotros conocíamos a Lugo que era miembro del sindicato. Gil
Beroes me dijo que tenía la presunción que quien lo acompañaba era
Hernán Ricardo, porque trabajan juntos, e incluso ambos tenían
conexiones con la policía.
"Llamamos inmediatamente a la casa de Ricardo para confirmar si
había un engaño en el nombre. La mamá confirmó que vivían al lado de
la Dirección General de Policía (DIGEPOL).
"A partir de ese momento teníamos la casi seguridad que esas
personas estaban engañando a las autoridades en Trinidad y Tobago.
Convoqué a una reunión del Sindicato de la Prensa para informarle a
todos de lo que estaba pasando.
"Fueron transcurriendo las horas y se conocían más detalles,
llegamos a la conclusión que Lugo y Ricardo estaban involucrados y
solicitamos su expulsión del sindicato".
Luego se supo que habían viajado hasta Barbados en el avión,
donde dejaron la bomba que hizo explotar la aeronave cerca de las
costas de esa isla, un atroz acto de terrorismo, cuyo organizador
fue Posada Carriles.
En opinión de Balzán, el gobierno lo protege porque son cómplices
de todas las actividades terroristas cometidas en América Latina,
incluyendo la invasión por Playa Girón.
Lamentablemente, expresa, hoy observamos como el gobierno
norteamericano de George W. Bush encubre y protege al autor de ese
crimen contra personas inocentes.
A 32 años del crimen Balzán dice que sigue sintiendo dolor,
indignación y tristeza: "Habíamos conocido a estos hermanos cubanos,
alegres por sus éxitos que fueron truncados por un crimen que
todavía clama por justicia". (PL) |