.— La autoridades
guatemaltecas mantienen hoy la alerta roja en el municipio de San
Miguel Acatán donde un deslave provocado por las lluvias dejó cuatro
muertos, varios desaparecidos y más de dos mil 700 afectados.
El poblado del departamento de Huehuetenango, fronterizo con
México, quedó severamente dañado el fin de semana cuando la crecida
de un río socavó las bases de varias viviendas y los flujos de lodo
de tres quebradas inundaron sus principales calles.
El deslizamiento de tierra destruyó más de 60 casas y comercios y
arrastró tres vehículos y a varias personas, entre ellas
comerciantes que construían sus carpas para la feria patronal del
pueblo.
"Lo que pasó es dramático", dijo el vicepresidente de Guatemala
Rafael Espada durante un recorrido por el poblado para conocer in
situ la magnitud de la catástrofe.
De acuerdo con el vicemandatario, los daños estimados ascienden a
21 millones de quetzales (unos dos millones 800 mil dólares), aunque
la cifra podría ser mayor.
La situación en el municipio es difícil, no hay agua potable y se
dañaron los alcantarillados y las telecomunicaciones, dijo el
vicemandatario.
Alejandro Maldonado, secretario ejecutivo de la Coordinadora
Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED), anunció el envío
al lugar de 500 raciones de alimentos, mil botellas de agua
purificada, frazadas, ponchos y artículos de higiene personal.
También llegaron médicos, cuerpos de socorro, militares y equipos
que trabajan en la remoción de los escombros y la limpieza del área.
Desde el inicio de la temporada de lluvias, en mayo pasado, han
muerto en el territorio nacional 76 personas a causa de
deslizamientos de tierra, inundaciones y desbordes de ríos.