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Israel… Reacomodo de carga
ELSON CONCEPCIÓN PÉREZ
elson.cp@granma.cip.cu
Criada —según ella— para "preservar a Israel como patria del
pueblo judío", Tzipi Livni, ex agente del Mossad y una "intocable"
de Ariel Sharon, ha asumido ahora la tarea de formar un nuevo
gobierno, luego de la renuncia del primer ministro, Ehud Olmert.
Tales
facetas podrían ser suficientes a la hora de analizar el presente y
futuro israelíes. Sin embargo, un factor externo —siempre presente
en la política y en las pretensiones de Tel Aviv— debe constituir
pieza clave en el asunto. Me refiero a EE.UU. y a su plena y
absoluta anuencia para que el Estado sionista siga siendo punta de
lanza en los planes de Washington contra esa región del Oriente
Medio.
La dimisión de Olmert era demandada desde hace unos dos años,
tanto por su mala conducción de la guerra contra el Líbano en el
2006, como por las acusaciones de corrupción que pesan en su contra.
El defenestrado Premier —recordemos— fue el sustituto de Ariel
Sharon, después de que este último tuviera un derrame cerebral que
lo llevara a un coma profundo del cual no se ha recuperado y, según
los médicos, es irreversible.
Uno y otro fueron continuadores de una política antipalestina,
matizada por ese gran trucaje mediático internacional creado por
Estados Unidos y denominado planes de paz, que nada han aportado ni
a la pacificación ni a la creación del Estado árabe, tal y como se
aprobó en la ONU y se ha reiterado en esa y otras instituciones y
foros internacionales.
LA LLEGADA DE TZIPI LIVNI
Mujer, de 50 años, ex ministra de Desarrollo Regional en época de
Sharon, Livni siguió su carrera política en varios ministerios:
Absorción de Inmigrantes, Vivienda y Construcción, Justicia, y
finalmente, Relaciones Exteriores.
Cuando Sharon abandonó el partido Likud y formó la organización
política Kadima en el año 2005, Tzipi Livni no vaciló en acompañarlo
en la nueva agrupación.
Como Canciller ha estado involucrada plenamente en el proceso
negociador israelo-palestino y, al respecto, ha sido enfática al
declararse "opuesta a establecer acuerdos para ceder sobre el
derecho del retorno de los refugiados palestinos".
En la actual circunstancia, como encargada de formar el Ejecutivo
y presumiblemente como nueva Primera Ministra, Livni necesitará de
la articulación de un complicado ajedrez donde se imponen la
negociación directa con los partidos opositores, el diálogo con
militares comprometidos con los gobiernos de Sharon y Olmert y —muy
especialmente—, el reconocimiento de Washington.
Otro elemento a tener en cuenta es que el partido Kadima tiene
una desaprobación del 70% de los ciudadanos israelíes, que
castigaron de esa manera la mala gestión del renunciante Olmert,
cuya herencia gravita sobre los hombros y retos de Tzipi Livni.
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