Sin tiempo para lamentos

Froilán Parra Suárez

HOLGUÍN.— Aún se sentían algunas rachas de viento escapadas del huracán Ike que continuaba su paso destructor por la provincia de Las Tunas, y ya los holguineros se aprestaban a enfrascarse en un combate sin descanso para restañar los grandes daños ocasionados por el meteoro en este territorio.

La vivienda es uno de los sectores con mayores daños, solo en Banes y Antilla se afectaron unas 22 505 casas.

El fenómeno tocó tierra por Banes. En pocas horas, los 80 600 habitantes del municipio vivieron el peor de los desastres. La ciudad, conocida como capital arqueológica de Cuba, lucía aquella mañana cual campo de batalla luego de intenso bombardeo. Restos de los techos tapizaban las calles, planchas de zinc arrancadas por los fuertes vientos yacían por doquier en las más extrañas contorsiones.

Según los aturdidos testigos, el cine Hanoi fue el primero en ceder ante la inclemencia de Ike: el techo completo y parte de una pared desaparecieron, dejando al descubierto la asombrada estructura.

El molino de maíz Comandante Daniel, de Antilla una de las instalaciones dañadas.

Banes vio así afectadas, en solo unas horas, 19 480 viviendas, el 80% del fondo habitacional, donde la mayoría son construcciones antiguas de madera y zinc.

Nilda Torres Almaguer se refugió en la Casa de los Combatientes, junto a otros vecinos cuyas viejas casas anunciaban una derrota segura.

—Cuando llegó la calma que acompaña al "ojo", y vimos la casa en pie, nos alegramos. Pero la alegría duró bien poco. En cuanto cambió la dirección de los vientos, el techo comenzó a volar y las paredes se ladearon. Fue terrible para nosotros ver aquel espectáculo. Por suerte estábamos a buen recaudo, expresa esta mujer, metodóloga de Educación.

Sin detenerse a esperar por materiales, muchos vecinos han iniciado la recuperación de las viviendas.

Restañar los daños parecía casi una tarea de gigantes, pero, sin tiempo para lamentos, arremetieron con bríos, y una semana después el panorama es bien diferente, lo demuestran las más de 22 000 casas reparadas.

Muchos de los que sufrieron derrumbes totales, unos 5 500, se enfrascan, recuperando lo que pueden salvar, en construir facilidades temporales, en tanto llegan los materiales necesarios para revertir el daño.

En ese sentido, Sergio Ávila Chacón, presidente del Consejo de Defensa Municipal, explica que, a pesar de la cantidad de viviendas afectadas, se distribuyen con celeridad las tejas de asbesto-cemento e infinitas, entre otros materiales, asignados al territorio.

El esfuerzo de los incansables linieros ya restableció el importante servicio al 23% de los clientes, en tanto el 54% de los abonados ya cuenta con la telefonía.

En Antilla, a pocos kilómetros de esta urbe, encontramos similar paisaje de destrucción. Allí el despiadado huracán dañó 3 025 viviendas, el 77,6% del total de los hogares antillanos.

Julio Caballero Terrero, presidente del Consejo de Defensa Municipal, expone que a unos 300 damnificados se les ha entregado ya algún tipo de materiales para la reconstrucción de sus viviendas. El municipio recibió, casi desde el primer momento, 4 100 tejas infinitas y 3 800 de asbesto-cemento. También madera, clavos y cemento.

José Hinojosa se afana en reparar su vivienda sin esperar por los materiales, que no lo duda, llegarán. A pesar del trabajoso empeño, este hombre humilde devenido carpintero afirma con optimismo: somos miles los cubanos que estamos en igual situación. Hay que tirar pa′ lante ahora.

Gracias al empeño de pobladores y las autoridades, Antilla se considera hoy el primer municipio de la provincia que despejó su territorio de todos los desechos que arrojó Ike a su paso; está restablecido el servicio eléctrico al 75% de los clientes; restan 246 servicios de comunicaciones por recuperar y la gastronomía funciona de manera estable.

Cabe resaltar el contingente de reclusos y oficiales del MININT que aportaron lo suyo al resultado que exhibe el territorio. Una vez concluidos los trabajos allí, marchaban rumbo a Banes para dar un impulso a las tareas de recuperación.

Caballero Terrero destaca que 13 escuelas, de 15, iniciaron actividades con alternativas, y faltan solo por incorporarse el seminternado Miguel Salcedo, que funcionaba como centro de evacuación, y el preuniversitario, que resultó fuertemente dañado por el meteoro.

El tesón de los antillanos permite incorporar a la producción el molino de maíz Comandante Daniel, que dispone de unas 2 500 toneladas de materia prima. El centro entregará diariamente 80 toneladas de harina, las que se destinarán a la población.

Holguín está en combate. Lo demuestra el empeño puesto por el pueblo en restañar lo que Ike destruyó a su paso por la nororiental provincia.

 

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