.— El presidente ecuatoriano,
Rafael Correa, afirmó hoy que grupos oligarcas están contra la nueva
Constitución, porque derrumba todos los poderes fácticos e
ilegítimos.
La oligarquía desea mantener el status quo, que perjudica a la
mayoría en esta nación y beneficia a una minoría que siempre ha
detentado el poder, resaltó Correa en entrevista concedida a varios
reporteros de canales de televisión.
Alertó que este grupo está concentrado en Guayaquil en busca de
que el no gane en esa ciudad en el referendo sobre Carta Magna y
entonces iniciar un proceso de desestabilización.
El mandatario señaló que los oligarcas se presentan como una
agrupación de sociedad civil e intentan con la mentira y el engaño
evitar la victoria del si en la consulta del próximo domingo.
Esa gente sabe que está perdiendo sus privilegios, sabe que la
relación de poder en el país está cambiando con este régimen,
aseveró.
Reiteró que los medios de comunicación, en su gran mayoría, sobre
todos los nacionales, están siendo los voceros de ese poder para
defender el status quo y que nada cambie.
Correa destacó que la revolución ciudadana, iniciada en el 2007 y
que se profundizará con la nueva legislación persigue un cambio
radical de las estructuras económicas, sociales y políticas vigentes
en el Ecuador.
Se trata de un proceso continuo de muchos años porque en este
país hay que cambiar realmente las cosas, agregó.
El jefe de Estado se pronunció por alcanzar una democracia más
participativa en lo político, social y económico en donde los
derechos fundamentales no se conviertan en mercancías como lo hizo
la actual Constitución cuando privatizó la salud y la educación,
enfatizó.
El proyecto que impulsa este gobierno es un proceso que debe
seguir transformando y construyendo hasta tener un país con justicia
y equidad; es decir un país en vías de desarrollo, precisó.
Correa visitará este lunes las provincias de Esmeraldas, Carchi,
Imbabura y Santo Domingo de los Tsáchilas para inaugurar obras y
exponer los beneficios del proyecto constitucional elaborado en una
Asamblea Constituyente.
Poco más de nueve millones de ecuatorianos están convocados a
asistir el domingo próximo a las urnas para votar por la nueva Carta
Magna, que decidirá el destino del país.