voluntad de mantener el diálogo para reconciliar al país, aunque
dejaron claras sus divergencias en distintos temas y advirtieron del
peligro que representa la violencia política.
Una semana después de la primera ronda de diálogo para impulsar
la unidad nacional, conducido por el presidente Michel Suleimán, el
jefe del Movimiento Futuro (MF), Saad Hariri, afirmó estar abierto a
la reconciliación, sólo si no implica debilitar al bloque 14 de
Marzo.
En declaraciones destacadas por el periódico The Daily Star,
Hariri subrayó que la armonía de esta nación no puede ser a expensas
de su alianza con los partidos que constituyen el Bloque 14 de
Marzo, en alusión a posibles manifestaciones de sedición.
El hijo del asesinado ex primer ministro Rafik Hariri adelantó,
asimismo, que el legislador de Hizbalá (Partido de Dios) Mohammad
Raad visitará el Qoraytem, sede del MF, para preparar una reunión
suya con el líder del grupo chiita, jeque Hassan Nasrallah.
Al respecto, el jefe del Consejo Ejecutivo de Hizbalá, Hachem
Safieddine, insistió en que ese grupo representativo de la
resistencia armada respalda la reconciliación y rechaza todo intento
de crear la sedición interna en el país.
Durante un iftar (banquete con el que se rompe el ayuno diario
por el Ramadán) en el valle de la Bekaa, Safieddine agregó que los
esfuerzos reconciliadores desafiaron las políticas israelíes y
estadounidenses que intentaron debilitar la unidad libanesa.
Entretanto, el ministro de Trabajo, Mohamad Fneish, militante del
Partido de Dios, advirtió que las dificultades del país sólo podrán
solucionarse mediante asociaciones entre los diversos partidos, y
nunca por el autoritarismo y el aislamiento.
Para el parlamentario Butros Harb, el uso de las armas entre
facciones nacionales fue un peligroso indicador, pero los pasos
actuales hacia la armonía social y política son positivos, no
obstante a que subyacen temores de maniobras desestabilizadoras.
Harb dijo a la emisora Voz del Líbano que, si las cosas no son
manejadas apropiadamente, la situación pudiera explotar,
especialmente debido a que la seguridad regional de seguro
repercutiría en el país , y abogó por adoptar una estrategia de
defensa nacional.
Por su lado, el ejército libanés emitió un sábado un comunicado
en el que llamó a sus efectivos a mantenerse alejados de las
disputas políticas, y a abstenerse de interferir en sus asuntos
prácticos y organizativos, de modo que permita a la nueva jefatura
cumplir su rol.
La segunda ronda del diálogo nacional está prevista para el 5 de
noviembre (la primera fue el pasado día 16) con los 14 políticos
libaneses firmantes del Acuerdo de Doha, en mayo, mediante el cual
se puso fin a meses de vacío presidencial y enfrentamientos armados.