Ese palmarés, valga la pena el recordatorio, incluye seis coronas
(a las cuales habría que sumar cinco de plata y seis de bronce, para
un total de 17).
Héctor Milián, perteneciente a la división de los 100 kilogramos
del estilo grecorromano, se convirtió en el pionero en lograr esa
hazaña, cuando lo hizo en la ya mencionada cita en la ciudad Condal.
En esa oportunidad llegó también al oro el librista Alejandro Puerto
(57kg.). Una ocasión muy bien aprovechada.
Luego llegó la hora de Filiberto Azcuy, también de la greco:
invencible en Atlanta’96 (en 74) y Sydney’00 (en 69, con el mérito
adicional de haber repetido en una división inferior).
Yandro Quintana (60 de la libre) se sumó con ritmo demoledor a la
lista, en Atenas’04.
Y Mijaín López, también pinareño como Milián, se encargó de
conservar la buena racha de este deporte, más allá de lo que salió
mal en Beijing’08, con su triunfo de hace unas semanas, en los 120
de la grecorromana.
Un éxito espectacular, arrollando en la final a un tren ruso como
lo es Khassan Baroev, quien lo había vencido en Atenas’04 y en la
final de los Campeonatos Mundiales de Guangzhou’06. Un éxito que
provocó felicitaciones del propio derrotado, y del ya retirado
Alexander Karelin, el mejor de la historia en la grecorromana.
En determinados momentos otros deportes estuvieron montados en la
misma carroza de la lucha como ganadores de oro en esas citas
estivales: boxeo (1992, 1996, 2000 y 2004, con una racha cortada por
deserciones, persecución de atletas, y malas decisiones en suelo
chino); voleibol femenino (¡tres títulos en 1992, 1996 y 2000!),
béisbol (1992, 1996 y 2004) y judo (1992, 1996 y 2000)
Algo más a favor de nuestros pugilistas: han ganado 32 de las 67
medallas de oro cubanas.
El dato sobre la lucha lleva inevitablemente de la mano a otros
puntos: la necesidad de un compromiso y un apoyo mayor. ¿Se podrá
mantener en Londres’12 la espectacular cadena de éxitos?