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¿Fin del mercado libre en EE.UU.?
Vladimir Hernández
La crisis financiera que sacude a los mercados de Estados Unidos
y Europa desde el año pasado, cuya última víctima fue uno de los
bancos históricos, Lehman Brothers, podría significar el inicio de
una ola de intervencionismo estatal en el corazón del capitalismo en
el mundo.
La
preocupación se extiende por los mercados bursátiles.
Ya se dieron los primeros pasos, con la nacionalización de
Freddie Mac y Fanny Mae, las dos principales hipotecarias
estadounidenses. Algo impensable cuando Milton Friedman, uno de los
mayores defensores del mercado libre, recorría los pasillos de la
Casa Blanca.
El secretario del Tesoro de EE.UU., Henry Paulson, admite que
"mucho de lo que estamos enfrentando son consecuencias de cosas que
se hicieron por muchos años". "Los mercados financieros están
atravesando por un momento difícil, mientras trabajamos en arreglar
algunos de los excesos que se cometieron en el pasado", aseguró.
La crisis financiera provocará grandes cambios en la filosofía de
hacer negocios, los lineamientos del mercado y los mecanismos de
regulación.
La
quiebra del Lehman Brothers, otro capítulo de la crisis financiera
en EE.UU.
"A Lehman Brothers lo dejarán caerse, pero si se lleva a otros,
entonces el gobierno intervendrá y eso significa que mis impuestos
se usarán para salvar a banqueros que tomaron decisiones arriesgadas
y equivocadas". "Hemos vivido 30 años de neoliberalismo en el
mercado, que significa déjenos ganar y ayúdenos cuando nos va mal",
indicó a la BBC Benjamin Barber, profesor de Ciencias Políticas de
las universidades de Princeton y Harvard.
Tanto el mea culpa de las autoridades como la inquietud
del público estadounidense no han pasado desapercibidos para los
candidatos presidenciales.
Horas después de que Wall Street registrase su mayor caída desde
el 11 de septiembre del 2001 (y la sexta más alta en su historia),
tanto el republicano John McCain como el demócrata Barack Obama
revelaban una posición favorable a mayores controles sobre el
mercado de capitales en el país. Y ambos tuvieron agrias palabras
para los gobiernos anteriores al dejar que la banca hiciese lo que
quisiera.
CONTROLES AL MERCADO
Sin embargo, un mayor control sobre lo que hacen las
instituciones bancarias o las casas de bolsa no parece tarea
sencilla. La principal traba es la complejidad de los instrumentos
financieros que existen, principalmente los llamados derivados.
Según Friedman, el mercado se corregirá a sí mismo, pero hoy el
consenso general le contradice. Warren Buffet, el llamado hombre más
rico del mundo y ahora filántropo retirado, los llamó en el 2002
"armas financieras de destrucción masiva".
En términos muy simples, los economistas dicen que la crisis
crediticia que derivó en la quiebra o desaparición de varios bancos,
comenzó en el sector hipotecario estadounidense. El modus
operandi fue acumular hipotecas con diferente grado de riesgo,
convertirlas o empaquetar dicho préstamos en papeles comerciales
(como acciones), que luego serían vendidos a otras instituciones en
el mercado.
Es decir, el banco invirtió en unos bonos cuya garantía de pago
eran unos créditos riesgosos negociados por otra entidad bancaria.
La complejidad era tal que muchos actores del mismo mercado no
tenían ni idea dónde exactamente tenían colocado su dinero.
"La desregulación que se hizo en los últimos 15 años, incluyendo
al gobierno de William Clinton del cual fui parte, creó una
atmósfera de casino en la que cualquier banco podía hacer dinero sin
importar sus niveles de deuda y sin siquiera saber qué tipo de
papeles compraban", señaló Robert Reich, ex asesor de la Casa Blanca
y actual profesor de la Universidad de Berkeley.
"Una vez le pregunté a un directivo de una institución bancaria
qué tipo de inversiones tenía y me dijo 'ni idea'. Esta crisis iba a
pasar tarde o temprano", explicó Reich a la BBC.
¿QUIÉN ES EL RESPONSABLE?
Hace algo más de 12 meses la crisis dejó de ser un fantasma o un
pronóstico agorero para convertirse en realidad.
La desregulación del mercado propició que cualquier banco pudiera
hacer dinero sin importar sus valores de deuda.
Cuando los acreedores —muchos de los cuales se reconoce no fueron
adecuadamente supervisados— empezaron a tener problemas de pago,
fueron aquellos al final de la cadena quienes pagaron las
consecuencias. Y como dice la teoría bancaria, cuando el banco ya no
emite confianza, no tiene nada que buscar.
Según la teoría de Friedman, en estas circunstancias el mercado
se corregirá a sí mismo, con la llamada "mano invisible" que
profetizó en el siglo XVIII el filósofo escocés Adam Smith, el
llamado "padre de la economía moderna". Cualquier distorsión, según
Friedman, era simple y llanamente culpa del gobierno por no dejar
respirar al mercado.
No obstante, ahora hay una suerte de consenso tanto en Europa y
Estados Unidos en que existe una necesidad de ponerles coto a las
principales plazas financieras. Tal y como sucedió tras la debacle
de los años 30 en EE.UU., cuando justamente se considera que ocurrió
la última ola intervencionista en el país, para lidiar con los
efectos de la llamada "Gran Depresión".
A la hora de buscar culpables de toda esta situación, muchos
analistas apuntan el dedo a la presunta avaricia de los banqueros de
arriesgar más (recursos del público) en busca de mayores ganancias.
Pero según le dijo a la BBC George Magnus, economista en jefe del
Banco Suizo UBS, "en este tipo de crisis se suele buscar villanos en
todas partes. Los bancos son los agentes de la especulación, pero no
la causa. Hay que señalar a los gobiernos que desmantelaron los
marcos regulatorios décadas atrás".
El debate de lograr un nuevo marco regulatorio en Estados Unidos
pudiera estar dando ya sus inicios, en lo que sería un importante
cambio ideológico en las altas esferas de tomas de decisiones del
país.
No obstante, mientras tanto, aún no se sabe si la crisis
financiera ya cobró a su última víctima o banco, o si aún quedan
implicaciones por venir.
(Tomado de BBC) |