La reserva de agua superficial en Ciego de Ávila creció en más de
un 30 por ciento en solo dos semanas por las lluvias del huracán Ike.
Ahora el territorio dispone de más de 300 millones de metros
cúbicos del vital líquido entre los embalses naturales y
artificiales administrados por el Instituto Nacional de Recursos
Hidráulicos.
Las precipitaciones del actual mes aquí elevaron del 50 al 84 por
ciento los niveles de los acuatorios y rebasaron el promedio
histórico de lluvia acumulada desde enero hasta la fecha, luego de
un déficit significativo que únicamente en mayo fue favorable.
El agua almacenada es superior al incluirse las micropresas que
tienen los ministerios del Azúcar y la Agricultura, las cuales se
emplean en diferentes cultivos.
Los aguaceros asociados al evento meteorológico reforzaron
igualmente el manto freático, pues se calcula que el líquido
atesorado sobrepasa los 700 millones de metros cúbicos entre las dos
grandes cuencas hidrográficas de la provincia.
Aunque las pérdidas causadas por el meteoro aquí son millonarias
en el sector agrícola, la humedad de los pastizales beneficia
sobremanera la ganadería vacuna, en momentos en que los pecuarios
casi duplican las ventas de leche al Estado respecto al año
anterior.