El deterioro a la cubierta forestal en la Sierra de Bamburanao y
el macizo de Guamuhaya figuran entre las afectaciones en Villa
Clara, ocurridas tras el paso del huracán Ike por Cuba.
También existen perjuicios en el arbolado urbano que requiere de
podas preventivas, tala de plantas enfermas y la siembra de
ejemplares apropiadas a las condiciones de ubicación y sustrato con
el objetivo de evitar las pérdidas ante fenómenos naturales
meteorológicos.
Lourdes Costello, directora de la Unidad de Gestión del
Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente en la provincia,
dijo a la AIN que se adoptan medidas para paliar los daños a la
naturaleza, que sin ser extremos en este territorio, necesitan de
tiempo para eliminarse.
En el área protegida marina Lanzanillo-Pajonal-Fragoso el
principal impacto fue el derribo de palmas en el Yanal, lugar
ubicado en uno de los cayos, mientras en Las Picuas-Cayo del Cristo,
zona de igual categoría, se presumen daños en la anidación de
tortugas que ocurre en esta época del año.
Los especialistas detectaron también huellas positivas en el
incremento de arena en la cayería nordeste, principal polo turístico
de Villa Clara, asentado en los islotes Santa María, Ensenacho y Las
Brujas y el efecto de humedecimiento provocado por las
precipitaciones en la llanura costera, severamente afectada por la
sequía de los últimos años.
Entre las pérdidas se cuenta además la destrucción y erosión de
la paya artificial de Caibarién, mientras en el Instituto Nacional
de Investigaciones de Viandas Tropicales se recuperan las
plantaciones de yuca y plátano, las más afectadas por el meteoro.