A Rodolfo de la Torre, especialista en redes y sistemas de la
Organización Básica Eléctrica (OBE) del municipio de Camagüey, se le
puede llamar candil de la calle... y solidaridad de la casa. "No
tengo luz en la casa, pero lo primero es la provincia. Debemos
pensar en Cuba", dijo a Granma hace unos días, cuando la
corriente era algo muy poco corriente en Camagüey.
Pensando en Cuba, sus hombres solucionaban la interrupción que
Ike causó en dos circuitos primarios en el reparto La Guernica con
saldo de más de 3 000 clientes sin electricidad.
Según el ingeniero Rolando Camalleres, director de Uso Racional
de la Energía en la Empresa Eléctrica de Camagüey, el sistema
eléctrico de la provincia quedó inutilizado: "En la historia de la
energía eléctrica en Camagüey nunca había pasado algo así".
"La estrategia de recuperación fue, primero, con los grupos
electrógenos, tanto los de centros esenciales de la economía y los
servicios como los de diésel y fuel oil conectados el Sistema
Electroenergético Nacional" (SEN), informó.

Hasta el pasado martes se había restablecido el 52 % del servicio
eléctrico en la provincia, con la ciudad cabecera al 61 %. Ni
siquiera cuando Ike oscurecía la provincia, la preocupación por el
pueblo tuvo interrupciones: todos los centros y entidades
imprescindibles funcionaron con los grupos electrógenos previstos.
Ya la termoeléctrica 10 de Octubre se sincronizó al SEN y sus dos
bloques en funcionamiento generan 170 MW/h que han mejorado la
disponibilidad eléctrica en una provincia que el 8 de septiembre
parecía el llano en tinieblas.
Se cuenta con los recursos para que las 14 brigadas propias y el
refuerzo de 80 matanceros y 40 habaneros adelanten cuanto les
permitan sus jornadas de unas14 horas al día. Aunque algunas cifras
no se han precisado, hay certeza de que buena parte de los 48
millones de pesos que la Empresa Eléctrica en Camagüey ejecutó en lo
que va de año, voló por el cielo o rodó por la tierra. Pero el
cubano, un pueblo "eléctrico" por naturaleza, no tardará mucho en
levantarlo.
Marcelo Garrido, un jefe de brigada de construcción y
mantenimiento de la OBE municipal, habló con Granma: "Somos
la contrapartida de los ciclones; tenemos que trabajar. Somos
eslabones de la Revolución, y no hay quien nos zafe. Mire a César,
el huracán le llevó el techo y aquí está, sin quejarse".
Por varias noches, al liniero César Céspedes Cañizares le
esperaba en casa la oscuridad.
¿En casa del herrero, cuchillo...?, se atreve a preguntarle el
periodista.
"No me pasa como al herrero. La culpa de este apagón tan grande
es del huracán, pero usted verá, con trabajo y solidaridad vamos a
resolver los problemas. Así somos los cubanos".