Choferes de esa entidad iniciaron los trabajos con las primeras
amenazas del huracán. Joel Camejo Martínez estaba de guardia en el
Puesto de Mando de su base y fue uno de los que buscó a los otros
colegas cuando el desbordamiento del lago artificial La Turbina
inundó a la ciudad de Ciego de Ávila. "Después, seguimos
movilizados, y aquí estoy", comenta.
Lo encontré por casualidad al llegar a la báscula de la Empresa
de Cultivos Varios La Cuba, para, luego del pesaje, iniciar viaje
hacia la vecina provincia de Camagüey, con una carga de 18 toneladas
de plátano sobre su Kamaz.
"Después del paso de Ike he recorrido más de 1 000 kilómetros,
con producciones para Las Tunas, Camagüey y Sancti Spíritus, aunque
yo no soy el que más carretera ha echado pa' tras.
"En mi base hay choferes que han ido a Ciudad de La Habana tres
veces en la semana a llevar mercancía, en lo fundamental plátano."
Y no le falta razón. Hacia la capital de todos los cubanos han
sido transportados hasta ahora, más de 6 000 quintales del banano.
Otras partidas de consideración fueron enviadas hasta Camagüey,
Holguín, Las Tunas, Granma, Sancti Spíritus, Villa Clara y Santiago
de Cuba.
Además de los más de 2 000 quintales que entregaron a los
evacuados avileños durante el paso del ciclón, han salido hacia
otros territorios más de 60 000 quintales, a tono con el llamado que
hiciera María del Carmen Pérez, ministra en funciones de la
Agricultura, de que las provincias menos azotadas, como Matanzas,
Villa Clara y Ciego de Ávila multiplicaran esfuerzos para ayudar a
las demás a paliar la carencia de alimentos.
Giuvel Rodríguez Rivero, director de Acopio en Ciego de Ávila,
expresó que la solidaridad entre las entidades transportistas
contribuyó a que no se perdieran cosechas en el campo. Organismos
como el MINAZ, la Unión de Camiones (UDECAM), entre otros, aportaron
medios para el traslado de los productos.
"Sin ese esfuerzo mancomunado, todavía permanecerían en el campo
no menos de 20 000 quintales de plátano", acota Ihovany Granado
Bacallao, subdirector comercial de dicha entidad.
De ello da fe Juan González Pérez quien, junto a su hijo Juan
Enrique, descargaba una carreta de plátano a la vera del camino.
"Este se va hoy pa’ los mercados", asegura.
"No se ha perdido nada por falta de transporte. Ni el plátano
burro, que es el que más aguanta después de cosechado, demoró en el
suelo.