Cerca de 450 árboles derribados y otros cuatro mil 300 afectados
en sus follajes constituyen las principales afectaciones a la áreas
verdes de la capital de Cuba, ocasionadas por el huracán Ike.
La urbe, de más de dos millones de habitantes, cumple con las
normas de la Organización Mundial de la Salud de poseer 10 ó más
metros cuadrados de foresta por persona.
El Servicio Estatal Forestal de la Ciudad de La Habana, estima
que el territorio cuenta con 13 metros cuadrados cultivados con
árboles por habitante y los municipios periurbanos con 33.
Asegura que los índice de boscosidad de la provincia -áreas de
foresta- aumentó desde 4.03 por ciento en 2000 hasta 5.53 por ciento
en la actualidad.
Ese sistema de protección de la flora espera lograr un umbral
superior al 10 por ciento, objetivo alcanzable si se conoce que las
plantaciones en proceso, que son las menores de tres años, brindan
al territorio una cobertura cercana al ocho por ciento.
Favorecida también con el proyecto "Mi Programa Verde" la capital
enfrenta uno de sus mayores planes de reforestación en la historia,
como parte del programa de la agricultura urbana, dirigido a poner
en explotación todas las tierras cultivables del país.
La reforestación se extiende a las principales vías de acceso a
la metrópolis, parques, avenidas, espacios vacíos, portales y áreas
cuyos suelos no tengan condiciones técnicas para producir alimentos.
Los Comités de Defensa de la Revolución, las entidades locales de
la Agricultura y la dirección de Servicios Comunales desempeñan un
papel determinante en la plantación de las posturas de árboles y la
población, las organizaciones de masas y los colectivos obreros
velan por su supervivencia.