— La ciudad de Galveston, por
donde penetró a Estados Unidos el huracán Ike, permanece a oscuras y
bajo agua después de dos días de sentir la fuerza del meteoro.
El gobernador del estado de Texas, Rick Perry, señaló que el
retorno de las personas evacuadas a esa urbe, ubicada en la isla
homónima, tardará semanas en concretarse.
Quienes se negaron a abandonar el área como aconsejaron las
autoridades, carecen de electricidad y fuentes suficientes de agua
potable y alimentos.
Según la televisora CBS, la situación en la isla está estable,
pero puede deteriorarse por las necesidades insatisfechas de los
residentes si se dificulta el acceso a los suministros.
Oficiales cerraron el puente que une a la ínsula con el
continente para evitar el regreso de los evacuados, que se
desesperan por saber cuánto perdieron ante el embate del fenómeno
atmosférico.
Cinco de las 30 personas muertas en el país a causa de Ike
residían en Galveston, donde fueron encontrados por los equipos de
rescate este domingo.
El gobierno local prevé que los socorristas y obreros abocados a
la recuperación encontrarán nuevos cuerpos cuando comiencen a
levantar los escombros de las edificaciones derrumbadas.
La Guardia Nacional realizó casi dos mil operaciones de rescate
durante el domingo, y los rescatistas fueron enviados hacia
albergues en San Antonio y Austin.
Existen problemas en el avituallamiento de las fuerzas implicadas
en la recuperación, según CBS, que calcula en más de un centenar el
número de socorristas sin comida y agua.