PARÍS, 14 de septiembre (PL).— La escritora y periodista Katiuska
Blanco expresó hoy aquí que la sensibilidad, modestia y solidaridad
de Fidel Castro tiene sus raíces en un pueblito del Oriente cubano
llamado Birán.
Toda su personalidad proviene de allí expresó Blanco durante la
presentación en Francia de su libro: Todo el tiempo de los cedros.
Paisaje familiar de Fidel Castro Ruz .
La obra, donde se puede apreciar la génesis del líder de la
Revolución cubana desde sus más fuertes pilares, sus padres, fue
dada a conocer por la autora junto al escritor y periodista
hispano-francés Ignacio Ramonet en la Feria de L Humanité.
Todo en Fidel Castro te lleva a Birán, expresó la autora a Prensa
Latina.
Explicó que la idea del libro surgió en 1996, cuando el líder de
la Revolución visitó la tierra de sus orígenes en compañía del
novelista colombiano Gabriel García Márquez.
Fue un ciclón en 1910 que arrasó por Pinar del Río quien trazó el
destino para el encuentro de sus padres, reveló la autora durante la
exposición del libro.
Don Ángel Castro, inmigrante repatriado convertido en
terrateniente gracias a la industria azucarera años después de
regresar a Cuba en 1899 y Lina Ruz, su madre, campesina, cuya
familia se instaló en Birán luego del paso del temporal.
De él heredó el honor, el respeto y la caballerosidad, de ella,
su carácter enérgico, decidido y su inteligencia natural, destacó
Blanco.
La escritora expuso como en ese ambiente familiar privado de
carencias, sus descendientes se criaron en la consideración por los
demás y la identidad con los más humildes del pueblo, sin
diferencias.
A través de su madre, que brindaba los primeros auxilios a la
gente del batey donde no había médicos, Fidel Castro fue
descubriendo el valor de la solidaridad, señaló.
De la industria azucarera conoció todos sus elementos, desde la
siembra a la comercialización, además, en un asentamiento rodeado de
compañías norteamericanas sufrió muy de cerca la explotación cruda
de los empleados, añadió.
Blanco mencionó además, que Fidel Castro creció en contacto
directo con la naturaleza, donde reconoció su valor y desde pequeño
realizó expediciones que después le ayudaron en su vida guerrillera.
La escuelita fue mi círculo infantil y Birán, mi Aracataca
(ciudad de origen de García Márquez que inspiró toda la obra del
escritor), dijo el líder cubano durante aquella visita al pueblo, lo
cual inspiró este libro, precisó.
Porque fue así, todo allí marcó su vida, sus padres, sus
compañeros de escuela, todas las personas que lo rodearon, la
naturaleza, el entorno familiar y social, entre otras cosas,
marcaron su personalidad, remarcó la escritora.