Tras el paso del huracán Ike el país transita por la fase
recuperativa. Algunas zonas aún se resienten de sus devastadores
efectos, particularmente intensos en algunas regiones, como la
provincia de Pinar del Río y el municipio especial Isla de la
Juventud.
El comportamiento de las lluvias y el escurrimiento en las
montañas han provocado inundaciones en zonas bajas. Algunas áreas se
mantendrán anegadas en los próximos días, como es el caso de la
localidad Isabel Rubio, en la provincia más occidental del país.
Hasta este jueves se encontraban vertiendo 87 embalses;
destacándose las provincias de Santiago de Cuba —donde aliviaban 10
de sus 11 embalses—; Granma (9 de 10) y Villa Clara (7 de 12).
Datos ofrecidos por la Defensa Civil muestran que, en
cumplimiento de las medidas de protección adoptadas, fueron
activados más de 2 000 órganos de dirección, alrededor de 1 500
centros de elaboración de alimentos y aproximadamente 2 200
albergues, de los cuales más de 1 200 eran escuelas.
Fueron movilizados alrededor de 160 000 efectivos —más de 2 800
integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias—, en función de
proteger a la población. Además, se emplearon más de 9 500 medios de
transporte, 1 400 máquinas ingenieras y alrededor de 4 500 medios de
comunicaciones.
Tales medidas posibilitaron que más de 2 700 000 personas fueran
protegidas, de ellas 2 150 000 en casas de amigos y familiares, lo
que refleja el espíritu y sentido de solidaridad de nuestra
población.
De manera rápida y organizada retornaron a sus viviendas
aproximadamente 170 000 estudiantes y fueron reubicados en lugares
seguros 6 900 campistas nacionales y 2 800 turistas internacionales.
Según valoraciones preliminares, entre los daños provocados por
Ike se cuentan más de 200 000 viviendas deterioradas, con mayor
perjuicio al fondo habitacional de las provincias de Holguín, Las
Tunas, Camagüey, Villa Clara, Santiago de Cuba, Guantánamo, Pinar
del Río y el municipio especial Isla de la Juventud. Sumados estos a
los devastadores efectos del huracán Gustav y de la tormenta
tropical Fay, los daños totales superan las 500 000 casas y
apartamentos, cifra que puede incrementarse. Es significativo que
muchas de las viviendas que habían sufrido derrumbes parciales,
ahora tuvieron derrumbe total.
En los sectores de la Salud y la Educación, el meteoro provocó
afectaciones en cubiertas (con algunas pérdidas totales de techos),
paredes y carpintería; lo cual conllevará a insuficiencias en los
servicios.
El abastecimiento de agua ha sido dañado por la pérdida de tramos
en las conductoras de los acueductos, y provocado la interrupción
del servicio en comunidades y municipios de varias provincias, entre
ellas Guantánamo, Santiago de Cuba, Sancti Spíritus, Villa Clara y
Pinar del Río.
En el sistema eléctrico han sido dañadas líneas de distribución,
acometidas y transformadores, como consecuencia de la caída de
postes y árboles, además de la influencia de la fuerza de los
vientos en la red de distribución aérea.
El derribo de torres de transmisión, postes y deterioro de rutas
físicas, conllevaron a daños en los servicios de comunicación, de la
radio y la televisión. No obstante, se mantuvo el de correos (solo
para telegramas de urgencia, como casos de enfermedad grave o
muerte).
Aun cuando provincias como Las Tunas, Camagüey y Holguín no
rebasan el 30% de sus usuarios con servicio eléctrico —debido,
básicamente, a la magnitud de las averías en sus redes—, el resto
del país ha experimentado un significativo cambio en las últimas 48
horas al mejorar las condiciones meteorológicas y permitir a las
fuerzas de la Unión Eléctrica desplegarse a fondo en las tareas de
rehabilitación, según información ofrecida a Granma por
Ricardo González, directivo de la Unión Nacional Eléctrica.
A pesar de que pueden quedar casos pendientes por situaciones
específicas, los porcentajes de consumidores con el vital servicio
por territorio es como sigue: Granma y Santiago de Cuba pasan del
99%; Ciudad de La Habana, más del 96; Guantánamo supera el 94 y
Ciego de Ávila el 92; La Habana, casi llega al 92; Matanzas, 90;
Villa Clara, 87,2; Cienfuegos, 94,7 y Sancti Spíritus, 84%.
Las regiones más comprometidas y complejas —Pinar del Río e Isla
de la Juventud—, se encuentran a más del 55 y casi al 67%,
respectivamente.
En la Agricultura los principales perjuicios se cuantifican en
cultivos como plátano, café, yuca, maíz y en la avicultura; también
en techos y cubiertas de casas de cultivo y almacenes.
En esta etapa de recuperación todos los sectores trabajan en
resarcir los daños, a partir de evaluaciones realizadas en cada
lugar. A la par se adoptan las medidas necesarias a fin de
rehabilitar, de forma priorizada, los servicios básicos a la
población.