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Organizaciones indígenas de cinco países andinos llamaron este sábado
a defender a Bolivia frente a una escalada sediciosa, en medio de
crecientes expresiones de solidaridad con el gobierno del presidente
Evo Morales.
"La defensa de Bolivia constituye un imperativo de los pueblos
indígenas, sus organizaciones y los movimientos sociales en su
conjunto, porque representa la defensa de una opción de justicia y
liberadora", señala un comunicado de la Coordinadora Andina de
Organizaciones Indígenas (CAOI).
El pronunciamiento es suscrito por cinco centrales campesinas
indígenas de Perú y por la Confederación de Pueblos de la Nacionalidad
Kichwa de Ecuador, la Organización Nacional Indígena de Colombia,
Identidad Territorial Lafkenche de Chile y la Organización Nacional de
Pueblos Indígenas de Argentina.
"El imperialismo y las oligarquías quieren derrocar al gobierno del
presidente Evo Morales para truncar el proceso de cambios que
desarrolla a favor de las grandes mayorías excluidas durante siglos y
hoy ven abrirse un camino de esperanza", agrega.
La defensa de Bolivia, indica, debe expresarse no sólo en
pronunciamientos sino en acciones concretas, como manifestaciones ante
las embajadas de Estados Unidos y comunicaciones a la Organización de
las Naciones Unidas y otros organismos internacionales.
En esas demostraciones debe exigirse un rechazo firme de la
comunidad internacional al intento de derrocar al gobierno de Morales,
ratificado por un reciente referendo en el que votaron por él más de
dos tercios de los bolivianos.
De otro lado, el líder del Partido Nacionalista Peruano, Ollanta
Humala, dijo que en Bolivia una minoría derrotada en las urnas
pretende truncar un proceso de cambio en las relaciones entre el
capital y el estado.
Se trata, dijo, de elementos violentistas que pretenden desconocer
el resultado del referendo, por lo que somos plenamente solidarios con
nuestro compañero Evo Morales.
El parlamentario andino Juan Mariátegui denunció la injerencia de
Estados Unidos en la desestabilización del gobierno boliviano y
defendió la decisión de este de expulsar al embajador norteamericano.
Se trata, aseveró, de "una decisión soberana de Bolivia y significa
que hay pruebas de la injerencia estadounidense en los asuntos
internos de ese país".
Recordó los antecedentes intervencionistas de Estados Unidos en
América Latina desde el siglo XIX y rechazó el separatismo de los
elementos sediciosos bolivianos.