Al lanzar la etapa final de la campaña electoral acompañado de
Sarah Palin, el 5 de septiembre en Michigan, hizo aparente dejación
de las actuaciones republicanas cuando instó a sus partidarios:
"Envíen a Washington un par de maverick que no tengan miedo de
romper algunos platos". (La palabra "maverick" se aplica por
extensión a una persona que actúa de manera independiente a la de su
grupo o partido. El nombre se toma de John Maverick, un ganadero
norteamericano del siglo XIX que tenía la práctica de no marcar a
sus terneros).
McCain, por una parte, designa a Palin para atraer las bases
conservadoras fundamentalistas del Partido Republicano y, por la
otra, opta por presentar su candidatura como la de una pareja de
independientes, que se proponen romper con todo el andamiaje de
poder en el cual está involucrado su propio partido. El propio
McCain ha participado de esas prácticas desde su cargo por 26 años,
aunque es cierto que ha ganado alguna fama al disentir en ocasiones
de las posiciones tradicionales republicanas.
Esta jugada de demagogia electoral apunta en dos direcciones:
una, quitarle a Obama el cetro de promotor del "cambio" y, otra,
desvirtuar los intentos demócratas de presentar a McCain como un
"clon" de George W. Bush. (El lector debe hacer caso omiso al hecho
de que lo que supuestamente se quiere "cambiar", son los mecanismos
y prácticas de dominación internas y externas de las propias clases
dominantes a quienes representan los candidatos de cada partido; en
esas circunstancias se requiere una gran imaginación para poder
visualizar ese "cambio").
A juzgar por los resultados inmediatos de las encuestas, la
estratagema le ha dado buenos resultados a McCain; la del Washington
Post/ABC News del 5-7 de septiembre muestra que el 49% de los que
piensan votar lo haría por McCain y el 47% por Obama. (En encuesta
similar del 22 de agosto, el resultado fue 45% McCain, 49% Obama).
Entre los votantes registrados, el resultado es 47% por Obama, 46%
por McCain, mientras que en la del 22 de agosto, en esa categoría de
votantes, Obama aventajaba a McCain 49% versus 43%. Las encuestas de
las próximas semanas serán un indicador de la inclinación de los
votantes a favor de uno u otro candidato. Cualquiera de los dos que
alcance más del 52% de las preferencias en el ámbito nacional en las
encuestas de las principales empresas encuestadoras, podría ganar
por una avalancha de votos electorales.
En cuanto a Obama, ha sido más estable y coherente en su campaña,
incluyendo en esto su tendencia a gravitar hacia posiciones más
centristas a partir de que asegurase la nominación a comienzos de
junio. La Convención Demócrata fue un espectáculo, bien montado y
orquestado, casi impecable, aunque no se reflejó con la misma fuerza
en un salto a su favor en las encuestas.
Dos cuestiones serán cruciales en el tiempo que falta hasta el 4
de noviembre: los cuatro debates televisados en vivo, tres entre los
aspirantes a la presidencia (26 de septiembre, 7 y 15 de octubre) y
uno entre los vicepresidenciales, el 2 de octubre; y la definición
de la lucha en los estados claves. En el primer caso, en los
debates, la cuestión esencial es de imagen, no de temas. Dependerá
de la impresión que la compostura, la agilidad mental y la gracia
que cada candidato deje impresa en los votantes. (Abordaremos en
detalle el asunto después del debate del 26 de septiembre, que
enfocará la política externa y la seguridad nacional).
En cuanto a los estados claves, la atención se concentrará en una
decena de ellos, ya que en general hay mucha certeza sobre el
resultado de las elecciones a favor de uno u otro candidato en unos
40 estados. La lucha será intensa en Ohio, Virginia, Pennsylvania,
Missouri, Florida y, en un segundo plano, en Carolina del Norte,
Montana, Oregon, Michigan y Nevada. Las encuestas específicas en
esos estados y el calendario electoral que sigan los candidatos
presidenciales y vicepresidenciales, así como las más destacadas
personalidades de cada partido, darán una idea de la situación que
se presenta en el llamado "campo de batalla". Serán esos diez
estados los que aporten el peso decisivo para que un candidato
llegue a los ansiados 270 votos electorales.
No obstante, algunos temas podrán también contribuir
decisivamente a inclinar la balanza por Obama o por McCain. Entre
ellos el destaque principal está en la situación de la economía. El
nivel récord del desempleo en los últimos años reflejados en las
cifras oficiales correspondientes al pasado agosto (que golpea
fundamentalmente a los negros, los hispanos y la mujer adulta), la
crisis del sector financiero de la economía cuyo más reciente y
prominente elemento ha sido la intervención gubernamental en las dos
empresas pilares del sector hipotecario (las llamadas Freddie Mc y
Fanny Mae), junto con los rumores de posible quiebra de la
centenaria casa financiera Lehman Brothers, han puesto un virtual
sello en el dictamen de que el país se encuentra inmerso en una
recesión que se prolongará a lo largo del 2009.
La situación exterior sigue en un distante segundo lugar,
incluyendo cuestiones como las guerras en Iraq, en Afganistán y
contra el terrorismo. En cuanto a Iraq, la mayor parte de la
población considera que ha habido "mejoras" en la situación, aunque
prevalece la idea de que la decisión de ir a la guerra fue un error.
Sin embargo, la administración Bush no ha logrado llegar a acuerdos
con el gobierno iraquí sobre la futura presencia de las tropas
norteamericanas en ese país, se anuncia la retirada de algunos
contingentes de la llamada "coalición", no se piensa que el Consejo
de Seguridad extienda su visto bueno a la presencia militar
extranjera en el país y las últimas revelaciones incluidas en el
libro de Bob Wooddward, ponen de manifiesto las contradicciones
entre el Pentágono y Bush sobre la conducción de la guerra. Todo
apunta hacia la inestabilidad.
En Afganistán la administración Bush se empeña en arreciar sus
ataques sobre el territorio fronterizo entre ese país y Paquistán,
lo que ha provocado agudas contradicciones con las autoridades
paquistaníes y hasta la condena de Kabul por los criminales
bombardeos aéreos que han provocado la muerte de decenas de civiles,
especialmente mujeres y niños. Talmente parece que Bush trata de
buscar desesperadamente un éxito en la "lucha contra el terrorismo"
que en esta ocasión pudiera ser la muerte o captura de Osama Bin
Laden, a quien se ubica en algún lugar de esa zona fronteriza.
Después de una fugaz "tregua" electoral entre Obama y McCain con
motivo del aniversario de los ataques del 11 de septiembre del 2001,
los contendientes han reanudado las acciones en lo que pudiéramos
llamar el "primer round" de la pelea por la medalla de oro, luego de
las etapas eliminatorias y clasificatorias que comprendieron las
primarias y las convenciones. Continuaremos con la narración del
"combate".
* El autor es especialista en Relaciones Internacionales y fue
jefe de la Sección de Intereses de Cuba en Estados Unidos de
septiembre de 1977 a abril de 1989.