Ante el desastre provocado por los dos huracanes
Amparan las reservas suministros vitales al pueblo
Imposible resolver la magnitud de la catástrofe
con los recursos disponibles, pero nuestra gente es la primera
prioridad. Presidente del Instituto Nacional de Reservas Estatales
conversa sobre el tema
María Julia Mayoral y
Raúl Abreu (fotos)
ma.julia@granma.cip.cu
Sería de ilusos o malintencionados pensar que las reservas
materiales creadas por un país pequeño como Cuba, con limitada
capacidad financiera y guerra económica en su contra por más de
medio siglo, pueden ser suficientes para solucionar el desastre
nacional que acaban de provocar los huracanes Gustav e Ike. Pero en
medio de la destrucción, la gente siente confianza: la primera
prioridad en la entrega de recursos son las familias damnificadas.
zAsegura
el general Lezcano Pérez que la prioridad son las necesidades del
pueblo.
Caravanas de rastras colmadas de tejas, maderas, postes,
alimentos¼ surcan las principales carreteras de nuestro archipiélago
en un ir y venir solo interrumpido cuando lluvias torrenciales e
intensos vientos impiden el traslado seguro de las cargas.
Muchos vehículos pertenecen a las Fuerzas Armadas Revolucionarias
(FAR), cuyos medios y combatientes vuelven a ponerse a disposición
de la población, sin reparos de ninguna índole. En algunos casos el
movimiento de los recursos desde fábricas y almacenes se hace
directamente hasta las localidades donde serán empleados, con el
mismo propósito de ganar en agilidad; el abasto de tejas constituye
la evidencia más ilustrativa.
Son tantas las pérdidas causadas en apenas diez días por los dos
meteoros, que resulta imposible llegar a todas partes de manera
simultánea. La prioridad la tienen las áreas donde se registran los
mayores estragos. Entre los pobladores de esos lugares la prensa
continúa recogiendo historias conmovedoras sobre lo ocurrido y
también de la laboriosidad de las personas, quienes tampoco pierden
tiempo en componer sus viviendas con las tejas y otros materiales
recibidos.
Continúa
el traslado de productos hacia las localidades más afectadas.
GUARDAR PARA MOMENTOS
DIFÍCILES
Disponer de reservas no obedece a la casualidad. En términos
legales su creación, cuidado y manejo están refrendados por una
norma jurídica del más alto rango: La Ley 75, de la Defensa
Nacional, cuyo capítulo XVI despliega el tema. En el ámbito de la
práctica cotidiana tampoco hay cabos sueltos. "Cada año se establece
y puntualiza un plan para las reservas, las cuales incluyen
alimentos, combustibles, materiales de la construcción,
medicamentos, medios y equipos de la más diversa índole y otros
surtidos", asegura el general de división Carlos M. Lezcano Pérez,
presidente del Instituto Nacional de Reservas Estatales (INRE),
organismo facultado para dirigir, ejecutar y controlar la política
del Estado y del Gobierno en cuanto a las reservas estatales.
También le corresponde al INRE fiscalizar las reservas movilizativas,
participar en su planificación y en la ejecución de su
financiamiento.
Cuba conforma tres niveles de reservas materiales: las
estatales que son acumuladas con el objetivo de garantizar el
desarrollo y normal funcionamiento de la economía nacional, atenuar
dificultades imprevistas como consecuencia de desastres naturales u
otros tipos de catástrofes y fortalecer la capacidad defensiva del
país. Las movilizativas que se autorizan a los organismos
para asegurar fundamentalmente la continuidad de sus producciones y
servicios, y las reservas de las FAR, destinadas a la
defensa.
En momentos como los que estamos viviendo, explica el general
Lezcano, todas esas reservas —sin excepción— son empleadas para
asegurar las necesidades del pueblo; esto quiere decir, por ejemplo,
que si decidimos reparar rápidamente una fábrica o establecimiento
de servicios es porque reporta beneficios vitales a la población. De
lo contrario no entrarían entre las primeras urgencias.
EMPEÑO SOSTENIDO
En medio de las más adversas circunstancias económicas dadas por
el incremento del bloqueo y el encarecimiento de productos básicos
como el petróleo y los alimentos en el mercado internacional, el
Estado y el Gobierno cubanos han seguido aumentando las reservas
materiales internas. Si no hubiese sido por esa previsión,
difícilmente los cubanos hubiéramos sobrevivido los años más duros
del periodo especial, ni ahora pudieran movilizarse cuantiosos
bienes para atenuar el grave embate de dos huracanes en apenas unos
días.
Según detalla el Presidente del INRE, la magnitud de las reservas
dependen en primer orden de la capacidad económica del país, pero
también son tenidos en cuenta los pronósticos de necesidades para
enfrentar situaciones de contingencia, la capacidad de
almacenamiento, conservación y rotación óptima de los productos. El
INRE responde por el cumplimiento de esos principios; "de ahí la
importancia de las supervisiones periódicas a organismos y entidades
que realizan nuestros inspectores, a quienes exigimos el máximo de
rigor y objetividad".
En casos de catástrofes como la actual, el Consejo de Defensa
Nacional —y dentro de él su órgano económico integrado por
representantes de distintos ministerios— evalúa la información de
los daños que reportan los organismos y los consejos de defensa
provinciales, municipales y de zonas. "Esto se hace de manera muy
ágil: terminado cada análisis en el nivel central, la máxima
dirección del país decide qué hacer, enseguida el INRE recibe la
indicación de liberar de la reserva los recursos aprobados y a
partir de ahí se desencadena la distribución".
La agilidad en la toma de decisiones, advierte, descansa en la
capacidad de los órganos de dirección en nuestro país, a partir de
su entrenamiento teórico y práctico, por distintas vías, entre ellas
los ejercicios Meteoro y Bastión.
Para el general Lezcano, el proceso descrito anteriormente
"constituye una alta responsabilidad; nadie realiza peticiones
desmedidas, pues todos estamos conscientes de la necesidad de actuar
con racionalidad, poniendo por delante el bienestar colectivo y no
el interés de ningún sector o territorio en particular".
También entre los cuadros de dirección "hay comprensión plena de
que no podemos quedarnos sin reservas; es preciso trabajar duro,
recuperar producciones, seguir enfrentando las consecuencias de los
desastres y reponer los inventarios cuanto antes sea posible; pues
de lo contrario cómo resistiríamos el golpe inicial de otro evento
climatológico o de cualquier otro tipo de situación excepcional".
El Presidente del INRE no es un hombre de mucho hablar, le ha
dedicado espacio a la prensa por la importancia de brindar
información a nuestro pueblo. Pero su tiempo para atendernos llega a
su fin. Le acaban de traer un nuevo pedido para seguir extrayendo
bienes de la reserva. También van con destino al pueblo. "Y tenemos
la orden de actuar con prontitud". |