El dirigente socialista venezolano Mario
Silva denunció hoy que Estados Unidos es el organizador principal de
una arremetida mediática de ultraderecha contra varios gobiernos
progresistas en el área latinoamericana.
Silva rindió testimonios este viernes ante una comisión de la
Asamblea Nacional de Venezuela, que se encargará de investigar una
denuncia sobre la organización de un golpe de Estado contra el
presidente Hugo Chávez.
La revelación fue presentada el pasado miércoles en el programa
La Hojilla, en Venezolana de Televisión, un espacio dirigido por el
también candidato a la gobernación de Carabobo por el Partido
Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
En la grabación difundida por Silva se observan y escuchan a
altos militares venezolanos, en activo y retirados, que conspiran
para atacar al Palacio de Miraflores e incluso usar aviones F-16
para bombardear la sede gubernamental.
El periodista precisó que estos oficiales no representan ni por
un segundo a las fuerzas armadas nacionales, que es una institución
sólida y fuerte establecida junto al pueblo revolucionario en
defensa del proceso bolivariano, dijo.
Silva indicó que en cuanto a los temerarios planes subversivos
contra el gobierno constitucional elegido por la ciudadanía, tiene
pruebas sobre otros implicados -civiles y militares- pero no hará
público por el momento sus nombres.
Paralelamente a la intentona golpista en Venezuela, existe un
plan general de Washington para agredir a países como Ecuador,
Bolivia o Argentina a través de medios de prensa y otros satélites
de la ultraderecha regional, destacó el comentarista de televisión.
La administración del presidente George W. Bush no soporta el
afianzamiento de movimientos sociales progresistas en el área, y
ordenó a sus representantes activar planes de desestabilización en
la mayoría de las naciones mencionadas, acentuó Silva.
El sector de la ultraderecha nacional está jugando con la vida de
los ciudadanos venezolanos. Si logran atacar al presidente Chávez
deben saber que el pueblo entero saldrá a las calles y el evento
podría convertirse en un baño de sangre, sostuvo.