Con solo ocho días de diferencia del paso por Cuba del
destructivo huracán Gustav, la presencia de Ike confirma que
septiembre es uno de los meses más activos de la temporada
ciclónica, contemplada oficialmente desde el primero de junio al 30
de noviembre.
Algo más de una semana después de que el primero de ellos
destruyera la Isla de la Juventud y comunidades de la provincia de
Pinar del Río, en el occidente cubano, el segundo se vislumbra tan
destructivo como aquel.
Incluso, apareció en plena efervescencia para la recuperación de
los daños de su antecesor, que no provocó ni una sola víctima
mortal, debido a la proverbial eficacia del Sistema de Medidas de la
Defensa Civil (DC), integrada por todas las fuerzas de la sociedad y
del Estado.
Una experiencia de 46 años atesora la DC en la protección de las
personas y sus bienes, la infraestructura social, la economía y los
recursos de los peligros de desastres, de las consecuencias del
cambio climático y de la guerra.
La trayectoria de Gustav por Haití, República Dominicana y
Jamaica provocó la muerte de casi un centenar de habitantes, además
de ocho en los estados norteamericanos de Georgia, Luisiana y La
Florida, según informes preliminares.
Los registros históricos demuestran que respecto a Cuba,
septiembre es el segundo mes de mayor impacto de meteoros para su
archipiélago, pues en los últimos 200 años padeció el azote de 24
huracanes, una cifra superada por octubre, el más aterrador, con 37.
Uno de los notables en el noveno mes del año penetró por Isabela
de Sagua, el cuatro de ese mes de 1888, cruzó por la región
occidental y salió al Golfo de México por la península de
Guanahacabibes, con vientos superiores a los 200 kilómetros por
hora.
El día primero de 1933, un intenso huracán azotó la costa norte
desde Ciego de Ávila hasta La Habana y generó una de las mayores
penetraciones del mar en el país, sobre todo en el litoral de
Matanzas y Villa Clara.
Otro famoso ocurrió el nueve de 1919, conocido como el ciclón de
Valbanera, por haberse perdido ese barco con todos sus pasajeros y
tripulantes, al ser sorprendido por el fenómeno cuando navegaba
hacia La Habana por el Estrecho de La Florida.
Todavía se recuerdan las inundaciones en las provincias habaneras
asociadas al ciclón Frederic, el 10 de septiembre de 1979, con
algunos acumulados superiores a los 500 milímetros en 24 horas