Pinareños se levantan y… miran a Ike

Katia Siberia García

Ayer tampoco hubo calma en Consolación del Sur. Esta vez el movimiento vino de su gente y no de las rachas de viento. El pueblo se recupera al paso posible y los cederistas contribuyen a levantarlo.

Foto: Raúl LópezEl trabajo voluntario devuelve poco a poco la imagen que hoy añoran los vecinos de Consolación del Sur.

Pero el presente que hoy los pinareños construyen no los mantiene absortos del todo. Ike los pone alertas. Por eso Ismael Portales toma precauciones.

"Los tornillos que aguantan las planchas los tengo flojos, y cada plancha está enumerada. Si el ciclón viene las quito y las ordeno por número para luego poder ponerlas fácilmente. Este nuevo techo yo lo cuido con mi vida", dice Ismael, un damnificado que ya tiene que pensar en el futuro.

En Entronque de Herradura, además de Gustav, Ike es la noticia. Por si acaso, Marta Serrat, que vio volar las tejas de su casa, pasará en lo adelante cualquier fenómeno atmosférico en la casa de su hermana, más confortable. Lo dice, al tiempo que esposo e hijo acomodan el nuevo techo.

En el reparto La Guaracha se priorizan mujeres, niños, casos sociales, se habilitan facilidades temporales y casas de familia que llegaron a contar con 60 miembros, van dando espacio a la normalidad.

Luego de visitar algunas zonas dañadas en las que los vecinos aportaban su trabajo voluntario, Juan José Rabilero, coordinador nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), dijo que los "pinareños siempre se recuperan, a pesar de la dura realidad que es la de ser los más azotados por los huracanes".

Así lo demuestra Donato González, quien ayuda al arreglo de techos; Rebeca Hernández, sin cubierta de casa, pero entregando su aporte en la recogida de escombro a unos kilómetros de su Consejo Popular; Alenier Vitón, de 11 años, con botas y pantalón postergando su juego de domingo por una pala en la mano¼ , los ejemplos se encuentran en cada esquina.

Y aunque el panorama humano inspira optimismo, la situación no deja de ser preocupante. Eduardo García Martínez, primer secretario del Partido en Consolación del Sur, lo confirma.

"De las 25 533 viviendas, 16 148 resultaron afectadas y unas 8 000 con derrumbe total. Solo 21 casas de curación de tabaco en el municipio más productor del país (poseía 1 857) quedaron en pie".

Sin embargo, comenta Eduardo, hemos avanzado en la electricidad, la telefonía, la reanimación del pueblo¼ se han entregado techos. La gente va a seguir trabajando, señala.

Rabilero, por su parte, lo sostiene. La campaña Mi aporte por el techo ya recupera unas 200 toneladas en 4 días, pero tenemos que hacerla más intensiva en hospitales, escuelas, hoteles, TRD¼ , centros generadores de papel. Los ciclones no paran y nosotros tenemos que seguir.

 

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