El pasado miércoles 3 de septiembre, a las 4:45 pm, el secretario
asistente de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Thomas
Shannon, entregó al Jefe de la Sección de Intereses de Cuba en
Washington la Nota Verbal No. 646, en la que plantea "su más
profundo pesar por la destrucción causada por el huracán Gustav" y
afirma que los Estados Unidos estarían preparados para ofrecer al
pueblo de Cuba "ayuda humanitaria inmediata e inicial de suministros
de auxilio a través de una organización apropiada de ayuda
internacional".
Una Nota idéntica fue enviada con posterioridad al Ministerio de
Relaciones Exteriores por la Sección de Intereses de los Estados
Unidos en La Habana.
En dicha Nota, el gobierno estadounidense solicita además al
Gobierno cubano que "permita que un grupo de evaluación humanitaria
visite Cuba para inspeccionar las áreas afectadas y evaluar
adecuadamente los daños".
El sábado 6 de septiembre, a las 8:55 am, el Ministerio de
Relaciones Exteriores trasmitió al Departamento de Estado, a través
de la Sección de Intereses de Cuba en Washington, y simultáneamente
a la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, su
Nota No. 1866 en la que agradece las expresiones de pesar del
Gobierno de los Estados Unidos por la destrucción causada en nuestro
país por el huracán Gustav.
Dicha Nota señala también que Cuba no necesita la asistencia de
un grupo de evaluación humanitaria para valorar los daños y
necesidades pues cuenta con los especialistas suficientes, los
cuales prácticamente han concluido dicha labor.
La Nota del Ministerio de Relaciones Exteriores expresa además
que si el Gobierno de los Estados Unidos tiene una real voluntad de
cooperar con el pueblo cubano ante la tragedia del huracán, se le
solicita que permita la venta a Cuba de materiales indispensables y
suspenda las restricciones que impiden a las compañías
norteamericanas ofrecer créditos comerciales privados a nuestro país
para comprar alimentos en los Estados Unidos.
En ese país se ha desatado en las últimas horas un amplio debate
público acerca de la posición que debería adoptar su gobierno ante
los severos daños causados por el huracán Gustav en Cuba.
En la tarde del 4 de septiembre, el candidato presidencial
demócrata, Barack Obama, solicitó una suspensión, por no menos de 90
días, de las restricciones a los viajes y al envío de remesas y
ayuda a sus familiares en Cuba por parte de los cubanos residentes
en los Estados Unidos.
El Ministerio de Relaciones Exteriores considera que las
restricciones a los viajes y remesas de los residentes en los
Estados Unidos de origen cubano nunca debieron aplicarse. No es Cuba
sino los Estados Unidos quien priva de ese derecho a las personas de
origen cubano.
Si por razones humanitarias se restablecieran esos derechos a los
cubanos, no habría forma de explicar que se mantuviera dicha
prohibición, igualmente injusta y discriminatoria, para los
ciudadanos estadounidenses.
Hoy, cuando el oriente del país ya está en alerta ciclónica ante
la amenaza del huracán Ike, tan poderoso como el Gustav, Cuba
reafirma que, en realidad, lo único correcto, ético, apegado al
Derecho Internacional y a la voluntad casi unánime de la Asamblea
General de las Naciones Unidas, sería eliminar total y
definitivamente el férreo y cruel bloqueo económico, comercial y
financiero aplicado durante casi medio siglo contra nuestra Patria,
que incluye la persecución de las operaciones comerciales y
financieras cubanas en terceros países y que, según cálculos
conservadores, provoca anualmente daños superiores a los producidos
por el huracán Gustav.
Ministerio de Relaciones Exteriores
6 de septiembre de 2008