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Rusia acepta repliegue bajo pacto de no agresión georgiano

MOSCÚ, 8 de septiembre (PL).— Rusia condicionó hoy la puesta en marcha de los acuerdos adicionales con la Unión Europea (UE) para un arreglo del conflicto georgiano-oseta a una garantía de Tiflis del cese de acciones bélicas contra las repúblicas rebeldes.

Los presidentes Dmitri Medvédev y el francés Nicolás Sarkozy, en calidad de titular de turno de la UE, concertaron algunos puntos adicionales al plan de paz suscrito el 12 de agosto último, para sellar las hostilidades de Georgia contra Osetia del Sur.

Al ofrecer detalles de los acuerdos, Medvédev indicó en rueda de prensa conjunta que dicho documento cobra vigencia de inmediato por la garantía de la UE y de Francia, en particular, sobre el no uso de la fuerza por parte de Georgia.

Rusia está dispuesta dijo- a retirar las fuerzas pacificadoras de cinco postas en la línea de Poti hasta Senaki durante siete días como máximo teniendo en cuenta la firma hoy de documentos que obligan jurídicamente a Tiflis a no agredir a Abjasia, subrayó.

Moscú en principio se comprometió a un total repliegue de los pacificadores hacia la línea anterior a las acciones combativas del 8 de agosto, después de que instalen en ambas zonas de conflicto los mecanismos internacionales para el control de alto al fuego.

Se trata en parte de una misión civil según alegan los promotores en la UE-, de 200 observadores como enviados de Bruselas, fijada con fecha tope el 1 de octubre.

Con anterioridad, el canciller ruso, Serguei Lavrov, declaró que la presencia de los veedores europeos en la conflictiva región del sur del Cáucaso era asunto concerniente a Abjasia y Osetia del Sur.

Las partes acordaron también el retorno de las fuerzas armadas georgianas a la posición anterior, antes del 1 de octubre próximo, así como la permanencia del mandato de la ONU y de la Organización de Seguridad y Cooperación de Europa.

Según el plan Medvédev-Sarkozy, el 15 de octubre en Ginebra arrancarán las consultas internacionales sobre las medidas garantes de la seguridad en torno a Abjasia y Osetia del Sur, además de la estabilidad regional, que sigue siendo una asignatura pendiente.

Al calificar de constructivas y fructíferas las pláticas con Moscú, el mandatario galo admitió las discrepancias por el reconocimiento del Kremlin a la independencia de las repúblicas rebeldes, separadas de Georgia desde 1992.

 

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