Después de una segunda derrota en casa Cuba ha visto alejarse sus esperanzas de avanzar en las eliminatorias mundialistas regionales al Mundial de Fútbol-2010 y las reducidas expectativas se centran ahora en su primer partido como visitante que disputará este miércoles en Ciudad de Guatemala.

La cita entre cubanos y norteamericanos en el estadio Pedro Marrero fue de discreto nivel —quizás por la empapada cancha—, marcada además por la connotación histórica de que la selección mayor de las barras y las estrellas volvió a La Habana 61 años después.

La afición no creyó en la lluvia y cerca de 10 000 espectadores llegaron hasta las tribunas del vetusto parque para respaldar a su equipo que contó con el aliento prometido, pero no reciprocó con la capacidad para revertir el pronóstico ante uno de los grandes favoritos de la zona, junto a México, para estar en Sudáfrica y que aterrizó con toda su "legión extranjera", unos 14 hombres que actúan la mayoría en las primeras divisiones de Europa.

"Este era para nosotros un importante partido; con Guatemala vamos a tratar de recuperarnos aunque será un juego difícil, pero estamos obligados a concentrarnos solo en eso ahora", dijo al término del encuentro el técnico alemán del equipo cubano, Reinhold Fanz, mientras intentaba que el optimismo desplazara la desilusión con el nuevo revés en La Habana tras el 1-3 ante Trinidad y Tobago del pasado 20 de agosto.

"Jugamos demasiado a la defensiva¼ nos entretuvimos mucho con el balón en los pies", comentó.

El adiestrador tuvo que sufrir la salida al comenzar el segundo tiempo de Jaine Colomé, uno de sus principales hombres, por dolencias en sus abductores, pero el marcador se mantuvo pese al control del juego por los estadounidenses. "Nos presionamos demasiado, debimos ganar el partido", añadió para concluir "perder vs. EE.UU. 1-0 no es tan malo".

El técnico norteño Bob Bradley expuso que su conjunto, aunque consiguió otros tres puntos que lo colocan virtualmente clasificado a la final, no logró la pizarra que esperaba "porque Cuba jugó con el corazón".