M Alfonso es una de las criaturas más interesantes de las nuevas
hornadas de creadores de la música cubana alternativa. En los
últimos tiempos ha desarrollado una carrera con vida propia sobre la
base de la imbricación de ciertos elementos de la música urbana con
las influencias cultivadas desde que dio su primer paso, en 1998, en
esa escuela que es Síntesis.
De hecho, su actual horizonte creativo no solo abriga el original
legado de esta banda, sino que le rinde culto de la mejor manera que
puede hacerlo: vertiendo su sensibilidad juvenil en novedosas formas
expresivas que dotan a la música del patio de una mayor vocación
universal y la proyectan hacia el futuro, a tono con la riqueza de
matices de las mejores realizaciones contemporáneas.
Una vasta dimensión de su obra la tuvieron los asistentes a la
sala Che Guevara de Casa de las Américas, donde presentó su álbum
debut Señales (EGREM). El fonograma, en el que logra patentar
un sonido propio a partir de la experimentación con diversas fuentes
rítmicas, muestra ciertas afinidades conceptuales con las atmósferas
de la llamada world music, las raíces sonoras del entorno
latinoamericano y los aires solitarios del sonido Bristol o trip
hop, estilo que combina elementos del jazz, el hip hop, soul,
rock, funk, dub¼ Entre sus principales
representantes aparecen bandas de renombre internacional como
Massive Attack —cuyo disco Blue Lines está considerado como
la Biblia de este género— Portishead, Tricky, Morcheeba, Moloko¼
Para llevar adelante su bautismo musical en Casa, la artista
convocó a un grupo de jóvenes instrumentistas que se acoplaron como
profesionales con varios años en la carretera: Michael Olivera
(percusión), Maykel Olivera (guitarra), Alfredo Rodríguez Salicio
(teclados), Gastón Joya (bajo) y Yusa (bajo y voces), una multi-instrumentista
fuera de serie que no solo ha escalado a la primera división de la
música cubana, sino que ha cobrado notoriedad más allá de las
fronteras insulares. Yusa, que volvió a ser mucha Yusa, contagió al
público de su fiebre creativa con la ejecución junto a M de
Metaphors, de Seal, Walking heads y ¿Sirvió de algo?,
dos de las diez piezas de su tercer disco, Haiku.
Como viene ocurriendo en sus más recientes presentaciones, M
conquistó al público sin el manto de timidez que pudo haberla
acompañado durante sus primeras épocas y con la sensualidad de una
voz que se movía ágil como una pluma por múltiples registros,
reforzada por el desenfado y la vitalidad de los acompañantes, a los
que se sumaron los fundadores de Síntesis, Ele Valdés y Carlos
Alfonso en los coros. La cantante, con el apoyo emocional de sus
padres, regaló Unlonely, tema interpretado por Carlos Alfonso
en el memorable encuentro de músicos cubanos y estadounidenses
celebrado bajo el nombre Music Bridge en el teatro Karl Marx.
Graduada de dirección coral en el Instituto Superior de Arte,
transitó por territorios poseídos por la imaginación y el ingenio,
de la mano de piezas como Señales, Pasó, Like a
butterfly y I wish (Stevie Wonder), las cuales
desplegaron los sentimientos más íntimos de una joven intérprete que
ha sabido avecinar a la música cubana del presente sonidos que han
florecido en las márgenes de la industria del entretenimiento global
hasta convertirse en auténticas revoluciones musicales.