Linieros en la Isla de la Juventud
Menos sombras
Leticia Martínez
Hernández
La oscuridad recorre la noche pinera. Y el silencio resulta
cómplice de una ciudad que ahora se recoge más temprano de lo
habitual. Pero la mañana descubre a decenas de hombres laboriosos,
de trajes grises y cascos amarillos, que reconstruyen las líneas
eléctricas, devastadas en más de un 90% por el poderoso huracán
Gustav. Ciclón que muchos isleños coinciden en calificar como el
peor de la historia.
Una
extraña madeja parecen las calles de Nueva Gerona.
Una extraña madeja parecen las calles de Nueva Gerona: postes
derribados, cables a ras del suelo, transformadores deshechos,
enormes grúas en movimiento... A la vista de impacientes y aún
desconcertados vecinos, linieros del terruño, de Camagüey y de
Holguín, trabajan más de doce horas, desde que amanece hasta que se
pierde la luz del sol. Entre ellos una palabra se repite: trabajar.
Raúl Rodríguez es el jefe de la brigada de Nuevitas y con su
experiencia, tras participar en la recuperación después del paso de
cinco ciclones en varias provincias del país, asegura no haber visto
nunca semejante desastre. Más que un ciclón parece que cayó una
bomba, dice. El trabajo es duro y agotador. Bajamos postes, ponemos
líneas nuevas, quitamos columnas partidas y árboles caídos.
El
trabajo es duro y agotador.
Su brigada está formada por siete hombres. Llegaron el domingo y
el lunes comenzaron a laborar. A ellos les resulta motivo suficiente
para trabajar sin límite de tiempo, la acogida de los pineros
quienes en cada barrio están pendientes de su quehacer. Nunca falta
un vaso de agua cuando llega el mediodía y la temperatura abruma.
Vecinos como Liduvina Vieter y Rigoberto Sánchez ayudan en lo que
pueden. Liduvina no los ha visto sentarse a descansar ni una sola
vez. Rigoberto despertó hoy contento pues los encontró desde
temprano consagrados a su cuadra.
De daños y
recuperación
El huracán Gustav a su paso por la Isla de la Juventud arrasó con
más de 1 400 postes y 200 transformadores. Según explica Miguel
Martínez, director de la Empresa Eléctrica del municipio especial,
prácticamente todas las líneas sufrieron serias afectaciones. El
trabajo es fuerte, tenemos que rehacer casi desde cero las redes
eléctricas.
Los postes son los más dañados, más de 700 están partidos, lo que
conlleva un cambio total. Precisó que las plantas no sufrieron
grandes perjuicios y están listas para generar electricidad, lo que
aún no pueden distribuirla. Las subestaciones de salida también
están en condiciones para generar, pero primero hay que reparar las
líneas.
Para esa faena cuentan con 50 linieros de la Isla, 52 de Camagüey
que llegaron desde el domingo, y 67 que arribaron este miércoles
procedentes de Holguín. Con todos ellos conformaron 30 grupos de
trabajo para acelerar la recuperación.
Martínez estimó que resolver todas las averías eléctricas
sufridas demorará alrededor de un mes, lo que no significa que hasta
esa fecha no se tenga electricidad, pues hay otras alternativas.
Hemos recibido grupos electrógenos para enviarlos a las comunidades.
Los pineros tendrán corriente de manera provisional mediante los
grupos, capaces de generar electricidad con eficiencia y durante las
24 horas del día.
Sobre los recursos para emprender el trabajo de recuperación
aseguró que cuentan con lo necesario. Comenzaron a llegar patanas
cargadas de postes, transformadores y cables; además de una reserva
que existe en el territorio para estas emergencias.
Los recursos están y los hombres también, todo es cuestión de
tiempo pues hay muchos trabajos difíciles y peligrosos. Al cierre de
esta información varios circuitos de la ciudad ya contaban con
energía eléctrica. |