En la vecina Haití, el saldo de muertes fue elevado a 61 y se teme que aumente a medidas que se retiren las aguas de los ríos crecidos.

Casi 72 horas de lluvias y ráfagas experimentó el segmento noroccidental dominicano durante el lento y arrollador paso de Hanna, cuya cercanía resultó desastrosa para carreteras, caminos, acueductos y los sistemas eléctrico y telefónico.

Más de 10 mil personas tuvieron que ser evacuadas, algunas de forma obligatoria, ante el peligro de inundaciones y por el eventual alivio de los embalses, que están a su máxima capacidad.

Durante el paso del huracán Gustav siete miembros de una familia y otra persona, que rehusaron evacuarse, fueron aplastados por una mole de lodo y rocas desatadas por un deslave en el sector marginal Los Alcarrizos, en esta capital.

Si bien Hanna no ha reportado hasta el momento víctimas fatales, las lluvias dañaron dos mil 149 viviendas y dejaron incomunicadas 54 comunidades, según el Comité de Operaciones de Emergencia (COE).

El suministro de agua está interrumpido en varios sectores por la falta de fluido eléctrico, que también sufrió daños aún por cuantificar, al igual que el tendido telefónico residencial.

La alerta roja sigue vigente en el país, que puede ser batido por más lluvia, con un acumulado que bordea los 200 milímetros, rachas de viento y amenazado de epidemias por la proliferación de vectores.

Este jueves amaneció bajo el mismo cielo plomizo de toda la semana, con un sol que pugna por dejarse ver y un calor pegajoso.

Mientras, desde Puerto Príncipe, Haití, se reportó que 61 personas murieron arrastradas por las aguas en las últimas horas, aunque las autoridades especificaron que ese recuento es provisorio.

Las víctimas se registraron en el Norte, 37 y, las restantes 24 en el Sur y el Oeste, donde las lluvias fueron poderosas.