La limpieza e higienización de calles y avenidas, donde la caída
de árboles agudizó la recogida de basura, continúa siendo un reto
para la población y las autoridades de la capital cubana, tras el
paso del huracán Gustav.
Miles de trabajadores de los Servicios Comunales, de la
Construcción y de otros organismos, incluyendo combatientes de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias, retiran de la vía o de las cuadras
desechos de ramas, de escombros u otros objetos originados a raíz
del organismo atmosférico.
Brigadas especializadas equipadas de motosierras se encargan de
la poda y tala de los árboles derribados, y su corte en trozos, con
vistas a evitar la desobstrucción de las vías, en tanto cientos de
camiones están en función de la recogida de estos residuales,
primero en las calles y avenidas principales, y después en las
secundarias.
Las organizaciones políticas y de masas han convocado a su
membresía, tanto en barrios como en centros de la producción y los
servicios, a contribuir a resarcir cuanto antes los efectos que en
la higiene comunal ocasionó el huracán Gustav.
Por su parte, las autoridades de Salud Pública en Ciudad de La
Habana insisten en la necesidad de extremar las medidas
higiénico-sanitarias, pues con el incremento de los volúmenes de
basura en las vías aumenta también la proliferación de vectores.
Exhortan a la población a hervir el agua de tomar, cuya
escasez se hizo sentir en muchos lugares afectados por Gustav.