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Mantienen estable en Cuba demanda de electricidad

A pesar de que entidades y usuarios del sector residencial incumplen las normas de consumo, en Cuba la demanda de electricidad se mantiene al mismo nivel de 1997: alrededor de dos mil 150 megawatts.

Esa demanda es superior varias veces a la existente en Cuba antes del el primero de enero de 1959 y no ha variado sustancialmente, a pesar de los millones de equipos electrodomésticos introducidos por la Revolución Energética.

Estos se caracterizan por su eficiencia, en particular los llamados bombillos ahorradores, que han sustituido a las gastadoras luminarias incandescentes.

También se ha materializado la política del Gobierno de ahorrar energía eléctrica y de trasladar para otras etapas del día, las cargas del horario pico, que en verano abarca de siete a once de la noche, y en invierno de seis pasado meridiano a 10 pasado meridiano.

Se ha orientado detener los acondicionadores de aires del sector estatal el mayor tiempo posible, concentrar los productos refrigerados en la menor cantidad de equipos y operar el riego agrícola y las panaderías, que trabajan con electricidad, durante la madrugada.

Entre las ventajas de la electricidad, según especialistas de la Unión Nacional Eléctrica, figura la de pagarse después de consumirse y ser relativamente barata, lo cual, contradictoriamente, estimula en ocasiones su gasto indiscriminado.

Contribuye también al alto consumo de electricidad el hecho de ser una forma de energía que no gotea de las lámparas, no mancha ni hace ruido y debe consumirse en el mismo instante en que se produce, al ser imposible o muy difícil almacenarla.

Los factores globales que tornan impostergable el ahorro de electricidad en Cuba y el resto del planeta son los cambios climáticos y escasez de recursos fósiles. Entre los de carácter nacional están la prosperidad económica, autosuficiencia energética e independencia exterior.

Este factor lo explica con nitidez el hecho de que gran parte de las divisas que eroga el país se utilizan para abonar la factura petrolera.

La formación de carbón, petróleo y gas necesita millones de años, el "período fósil" tendrá una duración de pocos siglos y ya es perceptible el declive de la producción de petróleo, gas y uranio, que no son infinitos, aseguran investigadores del Centro de Información y Desarrollo de la Energía. (AIN)

 

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