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Isla de la Juventud
Tras la tempestad, buena cara
ALBERTO NÚÑEZ BETANCOURT
alberto.enb@granma.cip.cu
Eso de mover una patana de 360 toneladas de peso bruto por más de
dos kilómetros y llevarla tierra adentro parece ficción. Increíble
si no fuera por los muchos testigos que la pueden apreciar desde la
tarde del sábado, ahora inamovible al lado del río Las Casas en la
ciudad de Nueva Gerona.
Asi
quedo la vivienda de Virgen.
Estragos impresionantes como este provocaron los vientos
huracanados de Gustav en la Isla de la Juventud, calculados hasta de
más de 230 kilómetros por hora. El panorama físico de la segunda
ínsula de nuestro archipiélago es desolador. Solo viene a arreglarlo
un tanto el empuje y optimismo de sus pobladores que saben reponerse
de estos golpes de la naturaleza.
Esta vez la realidad demandará más dedicación y recursos, están
conscientes los 86 000 habitantes del Municipio Especial. A juzgar
por los efectos visibles y lo que cuentan muchas personas este ha
sido el fenómeno meteorológico más contundente en los últimos 50
años. Así tendrá que ser la respuesta.
Por los alrededores del reparto Sierra Caballo, sin casa o solo
con parte de ella, encontramos a las hermanas Reyna y Virgen
Torreblanca, quienes aseguran que esta vez el mar se excedió en
altura y longitud.
Ante el dramatismo vivido asombra el aplomo mostrado por los
vecinos del citado lugar, unos al tanto de otros para socorrer,
brindar cobija, compartir lo que hubiera en los hogares.
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Los techos de las viviendas e
instalaciones industriales sufrieron considerables daños. |
Patana tierra adentro. |
Juana Galván, Magalys Romero y Jorge Martín se cuentan entre
quienes ofrecieron su casa a las familias damnificadas. Una
operación para preservar vidas y bienes desarrollaron los pineros en
los cuarenta y tantos minutos de tregua que permitió el paso del ojo
del huracán por esa zona.
Pasado ese tiempo, aproximadamente a las tres de la tarde, un
segundo embate fue demoledor, asegura Florentino Toirac, entonces en
la calle porque la urgencia de su trabajo se lo exigía.
Las
tres torres de radio y teledifusión, más la de ETECSA con sus casi
20 metros de altura, fueron derribadas.
"Apenas se veía, la lluvia estaba pulverizada y junto al fuerte
viento formó una nube blanca", nos narra ahora.
Justamente el receso del ciclón fue aprovechado por el doctor
Yosvani Tamayo, director del hospital clínico quirúrgico Héroes del
Baire, para sumar, a los galenos de guardia, a los colegas de franco
ese día. Entre todos hicieron del centro una unidad de urgencia, con
el pasillo central devenido área de hospitalización para asistir a
las decenas de pacientes lesionados por el azote de Gustav, al
tiempo que enfrentaban los daños en la estructura del inmueble (la
unidad quirúrgica quedó con dos salones de operación de los cuatro
que disponía). Los pacientes requeridos de hemodiálisis y otras
atenciones especializadas fueron trasladados oportunamente a la
capital.
Trabajo en grande e ininterrumpido en múltiples frentes espera en
lo adelante a pineros y a cuanto cubano llegue allí en gesto
solidario. Los del campo intentan recuperar los productos posibles,
en las calles el restablecimiento de la higiene y la limpieza se
vuelve prioridad. Al aeropuerto Rafael Cabrera arriba con frecuencia
ayuda, sobre todo alimentaria, de la Isla grande.
Utilidad
en su trabajo reporta la unidad técnica ingeniera de las FAR.
Y hasta el centro urbano han llegado también el teniente coronel
Misael Medina y sus muchachos de la unidad técnica ingeniera del
MINFAR, quienes motosierras en mano avanzan en la poda de árboles
derribados.
Al final de la tarde de ayer en dos o tres sitios de Nueva Gerona
la electricidad ya era realidad, mientras el servicio telefónico
efectivo en un 50%, .Son solo augurios del rápido empeño puesto por
los pineros para derrotar tanta adversidad, frente a la cual alguien
repitió la frase del trovador escrita hace años, también en días
singulares: "nadie se va a morir menos ahora". |