El paso de la tormenta tropical por la región central de Cuba, no
ocasionó daños de ningún tipo en la ciudad de La Habana donde sus
autoridades continúan atentas a las marejadas en las zonas costeras
y a las lluvias.
Solo la acción de los vientos provocó mínimas afectaciones en el
arbolado, por lo cual la limpieza de calles y avenidas, incluidos
los alcantarillados, cobró hoy mayor intensidad, y al decir de la
Defensa Civil local la adopción a tiempo de un grupo de medidas
permitió preparar al territorio para enfrentar ese fenómeno
atmosférico.
Aunque desde las primeras horas de la mañana Fay se alejó de las
costas cubanas, todavía sigue latente el peligro de ligeras
inundaciones en el litoral norte, de ahí que se le pide a la
población no bañarse hoy en las playas y mucho menos en el Malecón
habanero, por el riesgo que implica para las vidas.
Precisamente en zonas de esta centenaria avenida brigadas de la
gastronomía y el turismo comenzarán en breve a reinstalar kioscos y
otras unidades en función del plan Verano, pues una de las medidas
orientadas por el Consejo de Defensa Provincial había sido la de
suspender temporalmente las actividades festivas y recreativas.
Servicios básicos como el transporte urbano, la producción de pan
y gas manufacturado, y la distribución y comercialización de
alimentos, transcurren en la mayor normalidad en esta capital, donde
tampoco hubo que lamentar afectaciones en la telefonía y la
electricidad.
Para muchos Fay fue un "aviso", un "recordatorio" de que desde el
primero de junio y hasta el 30 de noviembre Cuba se halla bajo la
temporada ciclónica, y peor aún, lo que resta de agosto y todo
septiembre y octubre es la etapa más peligrosa, por lo cual no se
puede bajar la guardia